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El año en que González pasó un mes en Mallorca

Felipe González y sus acompañantes se asoman desde la cubierta del ‘Azor’, durante las vacaciones que pasó en Mallorca en 1985. | TOMÁS MONSERRAT

| Palma |

Era el año 1985 y el presidente del Gobierno Felipe González, no se conformó con despachar con el rey Juan Carlos I en Marivent: se quedó casi todo el mes de agosto en Mallorca –que eligió como centro de su actividad política y desde donde se desplazaba ocasionalmente a Madrid–, se dedicó a pescar, navegó en el Azor, el yate de Franco, y hasta aprovechó aquellos días para actuar contra la corriente crítica del partido, Izquierda Socialista. Fue durante una cena, se supo entonces, y quedan pocos testigos.

El exdirigente del PSIB Joan March, cuya corriente Socialisme i Autonomia se había hecho meses atrás con la dirección después de pactar con Izquierda Socialista, prefiere no entrar 35 años después en los detalles de aquella operación (se ríe y afirma que «eso no lo recuerdo muy bien») y busca el lado positivo de aquel verano: que el socialismo balear aprovechó el «tirón» de la presencia de González para definir su estrategia de futuro.

March, ya jubilado y retirado de la política, recuerda que Félix Pons había sido nombrado poco antes ministro; que éste jugó un papel «decisivo» para que Balears fuera la capital política del verano y que, aunque no ese año, el presidente del Gobierno no sólo venía a despachar con el rey en Marivent sino que el monarca presidía Consejos de Ministros.

Lo que sí recuerda es que el Govern de la época –que presidía Cañellas– y la dirección del partido habían intentado que Cap Pinar, una fortaleza militar de Alcúdia, fuera una residencia para el presidente del Gobierno y otros líderes internacionales a su paso por la Isla.

Reunión del Gobierno en Marivent en los 80.

El año que el Rey y el presidente del Gobierno eligieron a la vez Mallorca para sus vacaciones vino marcado por la polémica: González decidió utilizar el yate de Franco, el Azor, argumentando que era del patrimonio Nacional. Primero para viajar a Portugal (donde se entrevistó con el primer ministro Mario Soares) y luego para navegar por Balears. Alfonso Guerra calificó en sus memorias de «desgraciada ocurrencia» esa decisión y anotó que fue «el primer error» de Felipe González.

La prensa de la época, además de los recuerdos de los políticos y periodistas de entonces, permiten reconstruir aquel agosto de 1985. En una de las cenas del verano, en una casa del arquitecto Pere Nicolau donde se alojaba González, después de un homenaje a un senador mallorquín fallecido semanas atrás en un accidente de tráfico (Antonio Ramis) se puso sobre la mesa la situación de Izquierda Socialista.

«Hubo más de una cena y ahora no podría entrar en detalle ni si yo estuve en todas, sé que hablamos de lo que Felipe había pescado y del tiempo», precisa Emilio Alonso, otro ex dirigente que para entonces formaba parte del grupo ‘guerrista' y que había llevado las finanzas.

Un crucero gay

La ‘víctima política' de aquellas reuniones fue un controvertido militante del PSOE, Luis Azpiroz –líder de Izquierda Socialista en Baleares– y secretario general de la Agrupación Socialista de Palma (ASP). Cuando González dejó las Islas, la ejecutiva federal disolvió su dirección y nombró una comisión gestora. Aquel verano, también pasó por Mallorca, y asistió a reuniones del partido en Palma, el líder estatal de Izquierda Socialista, Pablo Castellano, que eligió vivir en la Isla.

Más allá de este episodio político –que definiría el rumbo del partido socialista en España y Balears–, las jornadas de González en el mar, acompañado del pescador Cristino, llenaron la información del verano, no sólo en la prensa local sino en la de todo el Estado. El diario ABC, por ejemplo, publicó un duro editorial pidiendo al presidente que regresara a Madrid, algo que no ocurrió hasta el 24 de agosto. Ultima Hora publicó una entrevista exclusiva con González mientras que el Baleares, del mismo grupo editorial y que se imprimía en castellano, informaba de algo que dio la vuelta a España: Juan López, líder del movimiento gay, se fue a la Delegación del Gobierno y reclamó el uso del Azor para «un crucero gay por el Mediterráneo». La propuesta no fue estimada.

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