El sector del ocio nocturno volvió a manifestarse ayer ante el Consolat de la Mar en protesta por la decisión del Govern de mantener cerrada esta actividad para evitar la propagación de la COVID-19. Buena parte de los brotes que se han detectado en las últimas semanas tienen que ver con esta actividad, pero desde el sector se defiende que haya una buena regulación con controles sanitarios para poder abrir los locales con garantías.
La protesta de este jueves tuvo un marcado carácter festivo, con una sesión de djs con presencia de unos 150 trabajadores del sector. El acto comenzó en el Consolat, donde los asistentes lanzaron llaves a las puertas de la sede del Govern y carteles de ‘Se traspasa' para indicar la complicada situación económica en la que viven. Aseguran que muchos tendrán que cerrar sus puertas si no se encuentra una solución. Los manifestantes continuaron la marcha festiva en dirección al Passeig Marítim, donde se encuentran muchos de estos establecimientos.
El presidente de la Asociación Balear del Ocio Nocturno y Entretenimiento (ABONE), Jesús Sánchez, leyó un manifiesto en el que reclamó un plan de rescate para el sector y pidió diálogo con la Administración para poder buscar soluciones.
Cumplir con sanidad
Los empresarios del sector se comprometen a «cumplir y acatar» las decisiones que adopten las autoridades sanitarias, pero consideran imprescindible trabajar en una serie de medidas.
Entre estas propuestas figuran un IVA superreducido al 4 por ciento con carácter extraordinario y temporal y la prolongación de los ERTE hasta marzo de 2021 teniendo en cuenta la incertidumbre sobre los plazos de recuperación de la actividad.
Entre las peticiones se encuentran bonificaciones a las cotizaciones de la Seguridad Social de los trabajadores, bonificaciones a las cuotas de autónomos, una reducción de los tipos y de la aplicación en la declaración del IRPF, medidas de apoyo al pago de los alquileres, ampliación de las líneas de financiación, así como planes de apoyo para el mantenimiento de los puestos de trabajo y medidas de apoyo a la contratación indefinida.
El Govern ha limitado la apertura de los grandes establecimientos de ocio nocturno, exige que se inhabilite la pista de baile y además ha ordenado el cierre completo de los establecimientos ubicados en Magaluf y la Platja de Palma, en la ‘zona cero' del turismo de borrachera.
«Es una decisión sanitaria, no un capricho»
La consellera de Administracions Públiques, Isabel Castro, aseguró que mantener cerradas las discotecas de más de 300 personas de aforo «es una decisión puramente sanitaria, no es un capricho de este Govern» y defendió la campaña de controles para que se cumplan las medidas.
«Este Govern tomó una decisión valiente en su momento, basada puramente en criterios sanitarios», afirmó la consellera.