PIMEM ha manifestado este lunes su «total desacuerdo» con la propuesta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) de cambiar el descuento del 75 % en los viajes para los residentes en Baleares por una subvención anual, que ha tildado de «inadmisible» y de «agravio» para las islas.
La patronal de las pequeñas y medianas empresas de Mallorca ha advertido en un comunicado de que cambiar el modelo vigente de descuento para residentes afectaría «muy negativamente a empresas y autónomos por los costes que supondrían los desplazamientos».
El presidente de PIMEM, Jordi Mora ha asegurado que «los ciudadanos siempre cogen los vuelos más baratos y por lo tanto el consumo de estas ayudas es muy bajo».
Ha advertido además de que el número de vuelos disponible no es el igual en todas las rutas, de manera que «no es lo mismo unos enlaces regulares entre Barcelona y Palma, que tienen los precios más bajos, que entre Palma y otras ciudades no tan frecuentes donde los precios son más altos». «Por eso se pide que se mantenga el modelo actual», ha reivindicado Mora.
«Las medidas actuales ayudan a una mayor cohesión social y territorial a nivel estatal», según el presidente.
PIMEM ha recordado la falta de financiación por parte del Gobierno hacia las islas además de los reiterados incumplimientos con el Régimen Especial Balear, REIB, que «aunque esté sobre la mesa no está dotado fiscalmente».
Mora ha advertido de que «las cifras de Baleares son preocupantes y a día de hoy se sigue creyendo que nuestra comunidad es rica», que ha pedido que se tengan en cuenta los índices de pobreza del archipiélago, que son superiores a la media estatal, así como que las islas presentan índices por debajo de la media española en cuanto a cohesión social.
PIMEM ve con preocupación la idea de recortes a los residentes en los descuentos en el transporte, que «desde hace tiempo se está insinuando por parte de diferentes administraciones y entidades empresariales del Estado».
La patronal ha recalcado que los empresarios de Baleares no disponen de un transporte alternativo rápido como puedan tener las empresas de la Península, donde el coche o el tren pueden ayudar a cubrir grandes trayectos en tiempos razonables.
«Cuando no hay alternativas, todo es más difícil», ha asegurado Mora. «Es inadmisible es que no se mantenga el modelo porque supone una pérdida de competitividad para empresas y autónomos debido a los altos costes de desplazamiento», ha insistido.