En la memoria quedan las masivas manifestaciones por el Orgullo Gay de Madrid, Barcelona o Berlín antes que la pandemia del coronavirus asolara todas las ciudades del mundo. Pero como en los cómics de Uderzo y Goscinny, un grupo de irreductibles, el colectivo Ben Amics, ha organizado una performance en la Plaza Mayor de Palma a la que han acudido más de cien personas de todas las preferencias sexuales para reivindicar su identidad. Gays, lesbianas, intersexuales, transgéneros, demisexuales, no binarios y hasta un hombre-perro unieron sus voces como una sola para pedir a una sociedad que todavía no les acaba de aceptar respeto y dignidad.
Todo eso bajo la bandera arco iris. Seis filas de voluntarios y una bandera LGTB de 24 metros cuadrados fueron la acción artística realizada por los voluntarios que se han presentado a la causa mientras sonaba el clásico A quién le importa de Alaska y Dinarama, nuestro I will survive patrio.
La presidenta de Ben Amics, Tatiana Casado, ha leído en catalán un manifiesto en el que afirmaba que «las mujeres lesbianas, bisexuales y trans ocupamos nuestro espacio y damos un paso hacia delante en la lucha del colectivo LGTBI. Nos ponemos en acción y alzamos nuestra voz, nos visibilizamos y unimos a la ola del feminismo internacional e interseccional para impulsar el cambio de nuestra sociedad. Sin vergüenza, sin miedo, con sororidad trabajamos para no dejar nadie atrás en esta lucha.
A la concentración acudieron: Rosa Cursach, directora insular d'Igualtat i Diversitat; Sonia Vivas, concejala de Justícia Social, Feminismo y LGTBI del Ajuntament de Palma y Alberto Rosauro, director general de Justicia Social, Feminismo y LGTBI.