La leyenda negra del misionero petrer parece tener un origen político e ideológico con fines electoralista. Así lo entiende el profesor de Ciències Històriques Antoni Picazo.
¿Dónde está el punto de partida de toda esta polémica?
—Creo que hay que buscarlo en posturas ideológicas y políticas, no se basa en la realidad histórica.
¿Qué interés hay en desprestigiar a Juníper Serra?
—Supongo que en el movimiento antirreligioso o antihispánico, pero insisto en que lo que importa es lo que dicen los documentos.
Entonces, ¿qué dicen los documentos del padre Serra?
—Que fue siempre un defensor de la cultura nativa, incluso redactó un diccionario para facilitar el entendimiento con los españoles. Se jugó la vida ante los militares españoles para defender a los indios; estos es lo que está documentado.
¿Desde su punto de vista, qué está pasando?
—Creo que es una ola que se inició en los Estados Unidos y que ha llegado a Europa procedente de grupos muy castigados por la pandemia y la crisis económica y que ahora ha estallado. Creo que estamos ante una espiral de insensatez.
Lo cierto es que la figura de Juníper Serra hace tiempo que está en el centro de la controversia. Lo estuvo en la beatificación y en la posterior canonización ...
—El problema arranca con un candidato a la Cámara de Representates de ascendencia india que utiliza estos argumentos para captar votos, pero nunca ha sido objeto de debate entre especialistas, como aquí entre el catalán y el malloquín. No hay pruebas documentales contra Serra y en California pasó lo que pasó, la dinámica actual no tiene ni pies ni cabeza.
¿Cómo se resuelve?
—La formación básica de las personas es mínima y resulta difícil explicar la diferencia entre leyenda e historia. Me sorprende que se cuestione a Serra y no al general Custer, o a Jefferson. Creo que el ataque es a la cultura hispánica y no se puede ver el pasado con ojos del presente.