La compraventa de viviendas en la era post-COVID ha vivido un vuelco. Ahora mismo las viviendas con terraza, patio, las plantas bajas y los áticos son la estrella de un mercado que acaba de salir del confinamiento. Así lo indica Roberto Fluxà, gerente de Fincas Fiol, que ha reanudado su actividad con importantes cambios. «Queremos que el propietario que enseña su casa a las visitas se sienta seguro y no tenga miedo de abrirnos su casa.
Por eso cada vez que enseñamos una vivienda nos ponemos peucos, mascarillas y guantes y nos aseguramos de que el cliente no toque nada», dice Fluxà.
Todo esto en un panorama en el que «el comprador intenta ahora bajar el precio de la vivienda y el vendedor está a la expectativa. Mientras tanto, los bancos tienen en cuenta los ingresos de los empleados en ERTE, por lo que la cantidad que se les conceda será menor» y tendrán que comprar una vivienda más barata. Los cambios ya se perciben.
La estrategia de ventas post-COVID de Fincas Fiol forma parte de esta nueva tendencia de tours virtuales para minimizar los riesgos, desinfección de casas en cada visita, horario preferente para mayores o firmas virtuales se han convertido en las nuevas técnicas para vender un piso.
Así es el protocolo de venta de las alrededor de 40 inmobiliarias de la Associació Balears de Serveis Inmobiliaris (ABSI), a la que pertenece Fincas Fiol, y cuyos miembros han estado trabajando estas semanas para adaptarse a los tiempos de la COVID-19. Además del uso de mascarillas o pantallas faciales, guantes y geles desinfectantes, las oficinas han optado por implantar mamparas que separen a compradores de vendedores.
El presidente de ABSI, Toni Gayà, señala que para reducir la entrada en las viviendas «estamos trabajando en visitas virtuales. El objetivo no es que el piso se vea bonito sino que se vea real, ofreciendo la mayor seguridad posible al cliente», señala.
Entre las novedades destacan las máquinas de ozono o lámparas ultravioleta para desinfectar las viviendas cada vez que son visitadas por un comprador. En el caso de las viviendas habitadas, recomiendan que los propietarios no estén presentes y que a la visita solo acudan adultos.
Por otro lado, en las visitas presenciales «se va a limitar el número de personas en los encuentros. Se valora la posibilidad de que todos los pisos que se vendan a través de ABSI tengan un sistema anti COVID-19 en el que todas las propiedades se comprometerán a desinfectar las vivienda en cada visita».
Además, ABSI está trabajando en un sistema de multiexclusiva: «Cuando un agente inmobiliario enseña una casa, lo hace para todas las agencias de la asociación». Otras medidas que se imponen son la firma digital y la reducción de aforos, así como el horario preferente y exclusivo para clientes mayores de 65 años. «Hay que adaptarse a las circunstancias y al futuro», sentencia Gayà.