El copresidente del grupo Barceló, Simón Pedro Barceló, confirma que a principios de diciembre se venderá el emblemático hotel Formentor, tras haberlo adquirido el grupo en 2006 a la familia Buades y a la Fundación Costa y Llobera por 70 millones de euros.
«La opción de compra realizada por un fondo de inversión extranjero se tendrá que hacer efectiva el 3 de diciembre. La oferta está hecha y pese a lo sucedido este año, con la crisis de la COVID-19, no se va a renegociar el precio pactado en su día», afirma Barceló.
Por motivos de confidencialidad no quiere hablar sobre las ofertas, pero en su día ya trascendió que el grupo norteamericano Four Seasons había mostrado especial interés. Se da la circunstancia que este grupo pugnó con Barceló en 2006 por la compra del establecimiento.
La estrategia del grupo hotelero mallorquín es sobrellevar la actual situación con un plan empresarial muy claro: «Contamos con liquidez suficiente y estamos preparados para afrontar el futuro. Somos una empresa saneada y ellos nos permite actuar de este modo; como en la operación de compraventa del Formentor. La situación es la que es y no necesitamos hacer rebajas de ningún tipo».
Simón Pedro Barceló.
Los inversores que están interesados por este establecimiento quieren diversificar su actividad y comercializarlo, tras las reformas y rehabilitaciones oportunas, como un centro internacional de lujo especializado en todos los servicios de talasoterapia (spa y todo tipo de tratamientos de salud).
La operación de compraventa incluye el hotel Formentor, de cinco estrellas y con 127 habitaciones, todo el solar, que alcanza las 1.200 hectáreas y en el que también está incluida toda una zona de viñedos y de caza.
Apertura en junio
Anuncia Barceló que el hotel, pese al cierre de fronteras y la cuarentena en puertos y aeropuertos para ciudadanos extranjeros (que debe finalizar en julio), «lo abriremos en junio enfocado para la clientela mallorquina. Es una decisión que hemos adoptado como una apuesta empresarial».
El copresidente añade que dentro de esta estrategia «está la apertura de toda nuestra oferta de alojamiento en Mallorca, porque perdemos lo mismo tenerlos abiertos que cerrados, de ahí que los abrimos para ayudar a nuestros trabajadores y dinamizamos económicamente, al mismo tiempo, las zonas en las que están ubicados en la Isla».
Califica la actual situación de complicada, pero la apertura de los establecimientos contará con todos los protocolos sanitarios para evitar la expansión del coronavirus y preservar la salud del personal y clientes.
«La temporada va a ser muy corta este año, pero hemos optado por abrir los hoteles y no es, precisamente, para ganar dinero. La coyuntura es muy compleja, pero queremos actuar de este modo a nivel empresarial, laboral y turístico», puntualiza.
Considera como algo necesario para la revitalización de la industria turística que se establezcan corredores aéreos seguros, la apertura de fronteras y el fin de la cuarentena: «El día en que se eliminen estas trabas, la gente volverá a viajar y a pensar en vacaciones. En Barceló queremos tenerlo todo preparado para cuando esto suceda, de ahí la opción que hemos elegido de tener abierta nuestra planta hotelera».
Preguntado sobre el Caribe, reconoce que la situación es muy similar a la Europea, aunque cuentan con varios hoteles abiertos.
«El Caribe está a cero productividad por el coronavirus y los pocos hoteles que tenemos abiertos están con ocupaciones medias que oscilan de media entre el 5 y el 10 %. Es una decisión empresarial», puntualiza.