Los centros deportivos y gimnasios de las Islas ya trabajan con las miras puestas en una esperada y, en muchos casos, necesaria reapertura tras el frenazo que supone para su actividad la crisis sanitaria del coronavirus.
Convertidos en puntos de encuentro social, pero también en ejes de la actividad física y deportiva, la fase 3 del proceso de desescalada (a partir del 8 de junio) se perfila como el hito marcado en una intensa agenda, aunque desde el lunes 11 mayo podrían abrir ya las instalaciones exteriores, con cita previa, y para deportes como el tenis.
Pese a que la actividad está parada, algunos de estos recintos han aprovechado la coyuntura para realizar trabajos de mantenimiento y reforma prioritarios para su funcionamiento. Pero, además, deberán amoldarse a una nueva realidad focalizada en la redistribución de espacios y en una respuesta higiénica exigente.
Algunos centros deportivos de referencia en Mallorca, miembros de la Associació d'Empresaris d'Instal·lacions Esportives de Mallorca (AEIEM), que ultima su expansión al resto del archipiélago, valoran con una mezcla de prudencia e ilusión una etapa plagada desafíos, pero también asumen una compleja readaptación a la realidad que se avecina, centrada en la parcela sanitaria y las mejoras a realizarse para amoldarse a la nueva y exigente normativa, tomando como base las directrices fijadas por la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas.
Desde la patronal del sector (AEIEM), no ven viable el plan de reapertura fijado por el Gobierno. En un comunicado, en el que manifiestan el apoyo recibido por el Colegio de Licenciados en Educación Física (COLEF), la Associació de Gestors Esportius Professionals de Balears (AGEPIB) y el área de Educació Física de la UIB, salen en defensa de las más de 160 empresas del archipiélago que «necesitan abrir sus instalaciones cuanto antes, con medidas adecuadas que no les lleven en un futuro próximo a cerrar sus centros», admiten desde la AEIEM, que no acaba de compartir la apertura en una primera fase para servicios personalizados, unida a las posteriores reducciones del aforo y la no utilización de los vestuarios.
«Los gimnasios y centros deportivos ven inviable abrir únicamente para servicios personalizados en la primera fase», añaden desde la entidad, preocupada especialmente por los pequeños negocios e instalaciones, que pueden ser las más perjudicadas por el complejo plan de regreso a la normalidad y la fuerte inversión que puede acarrear.
Naty Company, CEO de Illes Fitness Club & Spa, uno de los referentes de la rama en Mallorca, es además la presidenta de la AEIEM. A la espera de conocer al detalle los protocolos de Sanidad, su prioridad «es que nuestras instalaciones sean seguras para sus usuarios y los trabajadores», reiterando su apoyo a las medidas planteadas por la Federación Nacional, además de recordar que «hay muchas empresas que lo están pasando mal, pues deben seguir asumiendo pagos y costes sin ingreso alguno».
Recuerda que el ERTE ha sido un instrumento de auxilio ante el cierre temporal y, en su caso, ha realizado «mejoras para estar a punto y preparados», a la par que exige «tener representación en las mesas sectoriales del deporte, con el fin de aportar nuestra experiencia y punto de vista, dado el elevado número de personas que movilizamos», añade.
Avances
La tormenta arreció en la fase final de la reforma del Megasport. Otro de los centros de referencia cuenta los días para reabrir sus puertas y su director, Salvador Miró, es consciente del trabajo extra que se avecina. «Todos tenemos necesidad de abrir y salir adelante. Y también nuestros clientes lo piden, pero ahora necesitamos un protocolo oficial y fijo que cumpliremos y reforzaremos».
Suscribe las peticiones de la AEIEM y ya planea las acciones a desarrollar, aunque espera «a tener todo por escrito para empezar a planificar y actuar al respecto, aunque ya nos anticipamos a nivel de higiene», explica.
En una línea reivindicativa se muestra Xavi Fuster, gerente del Sporting Group, profesional colegiado que incide en la necesidad de «tener voz dentro de los paneles de decisión institucionales», contando con otras voces como el COLEF o la AGEPIB, «teniendo una voz única». Su objetivo será «redimensionar las instalaciones ante las nuevas necesidades e intentar ofrecer sensación de seguridad extrema a los clientes, pero también al personal».
En esa línea ya planifica el rediseño de las instalaciones que gestiona, a la par que afirma que «lo grave es que nos tienen considerados como ocio y no como deporte. Y los acontecimientos han hecho ver que somos un bien de primera necesidad», dice en referencia a un sector que encara una transformación revolucionaria.