El Ministerio de Sanidad, al frente del estudio de seroprevalencia, que permitirá mediante la elaboración de test conocer el grado de inmunidad de la población al coronavirus, contactará vía telefónica con los ciudadanos de Baleares seleccionados, alrededor de 2.500, para informarles de los objetivos del estudio, solicitar su consentimiento y concertar la visita domiciliaria.
Con la participación del Instituto Carlos III, y la colaboración de las Comunidades Autónomas, este estudio de seroprevalencia permite detectar qué personas ya han pasado la COVID-19 y han generado anticuerpos y, según el doctor del Centro de Alertas Sanitarias, Fernando Simón, arrojará datos importantes al final de la primera semana de su puesta en marcha.
Los hogares de Baleares seleccionados para el estudio será contactados. Si no hay respuesta, se utilizará el siguiente número y sucesivos que se disponen para maximizar la probabilidad de contacto. En caso de no obtener respuesta a ninguno de ellos, se repetirá la operación un mínimo de 5 veces en distintas bandas horarias. Si los 5 intentos son infructuosos se clasificará el domicilio como ilocalizable.
En las siguientes oleadas del estudio se volverá a repetir el intento de localización de dichos domicilios que siguen formando parte del universo muestral del estudio y serán incluidos en la oleada correspondiente siempre y cuando acepten participar.
Para evaluar un potencial sesgo de selección, se recogerá información sociodemográfica de las personas que declinen participar en el estudio.
A todas las personas que participen, tanto niños como adultos, se va a realizar un test rápido de inmunocromatografía, con el fin de conocer la presencia, o no, de anticuerpos en sangre.
También se va a realizar, por personal sanitario, un test de medición de anticuerpos en suero, el cual se realizará de forma centralizada en los participantes que acepten la extracción por venopunción de la muestra de sangre. La cuantificación de anticuerpos IgG en suero se realizará mediante un ensayo de inmunoadsorción enzimática.
Por otra parte, en cada domicilio seleccionado, y en cada participante, se va a realizar un cuestionario epidemiológico con el fin de conocer la existencia de un diagnóstico previo de la Covid-19, la presencia o antecedentes de síntomas compatibles con esta enfermedad y los principales factores de riesgo conocidos.
Así, se podrá obtener información para caracterizar a los participantes como negativos, asintomáticos o personas con posible afectación, presente o pasada, del COVID-19. Se va a pedir permiso para acceder al historial clínico con el fin de que, en una segunda fase, se pueda incorporar al estudios los datos clínicos de las personas seleccionadas en la muestra.
El cuestionario epidemiológico se realizará a través de una aplicación web, que facilite la obtención rápida de información, la cual, incluyendo los datos de los test rápidos, se recogerá directamente en una base central que permitirá el seguimiento instantáneo de la información y, por ende, al Centro Nacional de Epidemiología ir haciendo los análisis de la situación con el apoyo del INE, facilitando así a los equipos de campo el seguimiento de las medidas de control en los hogares.
En una primera ronda, se estima una duración del trabajo de campo de 2 semanas para recoger la información en los 36.000 hogares distribuidos en 1.500 secciones censales. Para garantizar que las secciones censales estén igualmente representadas en ambas semanas, se seleccionarán aleatoriamente 12 hogares de cada sección para ser analizados durante la primera semana, que constituirán la cohorte A (18.000 hogares), y los restantes 12 hogares de cada sección serán analizados la segunda semana, constituyendo la cohorte B (18.000 hogares).
Se estima que serán necesarias al menos tres rondas de seguimiento, separadas entre sí una semana para solventar eventuales problemas logísticos y procesar la información. La cohorte A será siempre visitada la primera semana de cada ronda y la cohorte B la segunda semana.