Cáritas Mallorca ha atendido a unas 1.300 personas desde el inicio del estado de alarma decretado por el Gobierno hace un mes, de los cuales más de 550 han pedido ayuda por primera vez a la entidad.
Desde Cáritas apuntan que la emergencia del COVID-19 ha incrementado de forma considerable el número de personas que día a día solicitan ayuda para poder cubrir sus necesidades más básicas, casi un cincuenta por ciento más que hace tan solo treinta días.
Esta cifra se suma a la media de unas 700 personas al mes que se estaba acompañando hasta ahora desde los diferentes programas de la entidad.
«La atención que realiza Cáritas Mallorca hoy es más urgente y más intensa por este incremento en el número de participantes», indican desde la entidad diocesana. En cuanto al perfil de los solicitantes se encuentran personas que «hasta ahora vivían al día, pero por las circunstancias actuales se han quedado sin ingresos y no pueden asumir los gastos más básicos, como son la alimentación y la vivienda. Son familias con niños, familias monoparentales, personas mayores que no les llega la pensión, personas que no tienen regularizada su situación, personas solas, etc. El perfil es muy ancho tanto por edad como por nacionalidades».
Según Cáritas muchas de esas personas sobrevivían trabajando en la economía sumergida (venta ambulante, trabajadoras del hogar sin contrato o trabajos agrarios por ejemplo) pero actualmente han perdido sus ingresos. Además, hay un grueso de personas fijas discontinuas que habían venido a trabajar la temporada turística, que han finalizado la prestación de paro y actualmente no tienen ningún ingreso.
Se da la circunstancia de que algunas de esas personas ya acudieron a Cáritas hace unos años debido a la crisis económica iniciada en 2008, que habían podido recuperarse y estabilizar relativamente su situación, hasta que esta nueva situación los ha vuelto a situar en una situación precaria y de necesidad.