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Pandemia de coronavirus

La bajada de bandera queda en suspenso

Llucia Jaume y Manuel Molina frente a sus respectivos taxis en la parada del Born, donde no pasaba nadie. | Pilar Pellicer

| Palma |

Entre los pocos vehículos que circulan por las calles de Palma sorprende ver a más taxis con la luz verde de lo habitual. Y eso que solo circula el 20 % de la flota «y aún sobra», comentan los taxistas que están en las paradas habituales. La gente apenas sale, no hay turistas y este colectivo lo nota especialmente. Como casi todo en tiempos de coronavirus, la bajada de bandera también ha quedado en suspenso.

Los taxistas ya no van al aeropuerto, donde en una situación de normalidad y en esta época del año el trabajo se acumularía. Este fin de semana supone el inicio de las vacaciones de Semana Santa para miles de españoles y el arranque de la temporada turística en Baleares, que ya se da por perdida. La crisis sanitaria lo ha desvirtuado todo y los pocos taxistas que salen a la calle lo hacen conscientes de que son un servicio público, aunque sin demanda en estos momentos.

Hay taxis en las principales paradas del centro de Palma. Sus conductores, aburridos y más bien desesperanzados, confían en que alguien que tienen que ir a hacer la compra demande su servicio. Sin embargo, es casi una utopía, pues los taxis están esperando en calles donde no pasa nadie. «Son casi las once de la mañana y desde las 7:30 horas que he salido de casa no he realizado ningún servicio», comentaba Manuel Molina en la parada de un Passeig del Born vacío. Una imagen inédita en el primer sábado de abril.

No realizan más de dos o tres servicios al día si es que tienen suerte, cuando en una jornada normal alcanzaban la veintena. «Ingresamos 100 euros al mes como mucho, y solo la cuota de autónomo son 300», relataba un conductor en la parada de la Plaça d’Espanya, que prefirió mantener el anonimato, como la mayoría de sus compañeros.

Entre los trayectos más demandados, aunque son pocos, personas mayores que van a realizar la compra; algunos profesionales sanitarios que se dirigen a los hospitales; y algún enfermo que tiene que ir al médico. Prácticamente todos dentro de Palma. También reciben la llamada de algún pensionista para que vayan a la farmacia a buscar sus medicamentos. «Nos dan la tarjeta y se lo dejamos en la puerta de su vivienda. Pero son casos puntuales», detallaba Manuel Molina.

Los taxis pueden salir ahora seis veces al mes, pero muchos profesionales han optado por quedar en casa. «No hay nada que hacer y los que tienen hijos prefieren quedarse con ellos, porque alguien tiene que cuidarlos», indicaba Llucia Jaume, quien reconocía que su actividad ha ido a menos. «En los primeros días realizamos varios trayectos de ida o vuelta del aeropuerto, pero ahora ya no hay actividad. Hay días en que solo ingresamos 20 euros», concluía.

Higiene

La mayoría de taxistas lleva guantes, muchos también mascarilla, y los vehículos están provistos con solución desinfectante, material que les han proporcionado desde la asociación, según explicaron Llucia y Manuel. Además, cada vez que entra un cliente, que debe sentarse detrás y en diagonal al conductor, limpian el coche. Solo pueden transportar a un cliente y aunque al principio sorprendían las medidas de higiene y seguridad, «cada vez están más concienciados de que son las normas».

A punto de entrar en la cuarta semana de confinamiento, los taxis siguen recorriendo una ciudad casi vacía.

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