En los últimos días de marzo, bajo el estado de alarma por la crisis del coronavirus, en Baleares se produjeron 48 muertes por encima de las predecibles sin ninguna circunstancia extraordinaria. Los informes del Centro Nacional de Epidemiología estiman que en las Islas se produjo un exceso de mortalidad del 18,2 por ciento entre el 16 y el 26 de marzo. En ese intervalo de tiempo se produjeron 308 decesos. El informe estima que, esos diez días de marzo lo esperable hubieran sido 260 muertes.
Se contabilizaron un total de 22 muertes a causa del coronavirus. El desfase entre lo previsible en circunstancias normales y la realidad de la pandemia en Balears es menos de la mitad del que se ha producido en toda España, donde fue del 39,8 % y queda muy lejos de las autonomías más afectadas: un 132 % en Castilla y León, un 145 en Castilla-La Mancha o un 125 por ciento en Navarra.
Los datos que arrojan los informes del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria en España indican que en Balears los excesos de muertes se han concentrado en hombres (un 34 frente a un 6 por ciento en mujeres) y en franjas de edad de entre 65 y 74 años. Entre esas edades fallecieron 54 personas cuando lo esperable hubieran sido 33: un 63,3 por ciento más.
El exceso de muertes no implica necesariamente que en ese intervalo hubiera 26 fallecidos por coronavirus no detectados: puede serlo, como también un efecto estadístico o una consecuencia del confinamiento. El último informe, con cifras de uno de abril, planea que algunos datos pueden no ser completos por el retraso en notificación de las muertes por parte de los registros civiles.
Casi 400 muertos en Palma
Sólo en el Registro Civil de Palma en marzo se inscribieron 399 fallecimientos. En éste se recogen los decesos de todo el partido judicial: Palma, Marratxí, Llucmajor, Calvià, Andratx, Algaida, Banyalbufar, Bunyola, Deià, Esporles, Estellencs, Sóller, Valldemossa, Santa Maria y Puigpunyent. El día uno de abril se registraron 13 muertes, cuando el de fallecidos por coronavirus fue de 8, la peor jornada hasta ahora en Balears. La tasa de mortalidad en las Islas es la más baja entre todas las comunidades autónomas españolas: 6,98 fallecidos por cada mil habitantes en el último ejercicio cerrado por el INE, 2018. Es un dato sostenido a lo largo del último lustro y que, en parte, se debe a la relativa juventud de la población respecto a los territorios con una tasa más alta; provincias como Orense, Zamora o León, algunas de las cuales están también en las zonas más castigadas proporcionalmente por las muertes.
En marzo del año pasado el total de fallecidos en las Islas fue de 684; en 2018 habían sido 821. De forma habitual, la mortalidad en Balears sigue un patrón estacional muy marcado con un valle en verano y un pico en invierno, cuando se sitúa por dejado de los 600 decesos cada mes. A partir de octubre suben los fallecimientos que alcanzan el mayor número en diciembre y enero, cuando superan los 800 cada mes. Marzo marca el inicio del descenso, con muchas sombras este 2020.