Investigadores del Institut d'Inverstigació Sanitària de les Illes Balears (IdISBa) están trabajando en la creación de una nuevo test para detectar «con mucha fiabilidad» el coronavirus. Si la investigación concluyera con éxito, la nueva técnica podría empezar a aplicarse en un plazo de diez semanas.
Roberto de la Rica coordina al grupo de investigadores que forman parte del proyecto. Explica que la nueva prueba consiste en analizar una muestra respiratoria (moco, esputo...) previamente licuada con mucha efectividad. La muestra se podrá tomar en cualquier lugar, pero tendrá que analizarse en un hospital.
El problema de las muestras respiratorias es su estado casi sólido, lo que dificulta la detección del virus. Los investigadores del IdISBa han desarrollado una técnica para licuarlas «muy rápidamente», algo que permite identificar al virus con una mayor eficiencia. Esta técnica ya ha sido testada con éxito con bacterias y ahora se espera obtener los mismos resultados con virus.
Además, añade De la Rica, las muestras podrán analizarse con la técnica ELISA, muy común en los laboratorios de los hospitales. El resultado podría conocerse en solo un par de horas. «La idea es disponer de una técnica alternativa a los PCR y contribuir a descongestionar los servicios de diagnóstico», explica el coordinador del proyecto. Asimismo, añade, «podría hacerse paralelamente a los PCR [el método que se ha venido utilizando para detectar el coronavirus], que algunas veces arrojan falsos negativos, a fin de validarlos». En comparación a los PCR, esta nueva prueba es «diez veces más barata», señala.
No obstante, el punto fuerte de la nueva técnica es su fiabilidad. En comparación a los tests fabricados en China e importados por España que finalmente el Ministerio ha rechazado por su escasa sensibilidad, el investigador señala que su propuesta es más fiable porque trabaja «con mucho más esputo» que el que pueda contener una muestra obtenida de la nariz. Y «hay mucha más carga viral en una muestra de esputo que la que se pueda obtener rascando en las paredes de la nariz».
De la Rica informa que han solicitado financiación al Instituto de Salud Carlos III para adquirir los reactivos que necesita la investigación y que, además, cuentan con fondos del Impuesto de Turismo Sostenible. «Nuestra previsión es tener el test a punto en diez semanas, habiéndolo probado en personas y habiendo recibido la autorización sanitaria para utilizarlo».
«Pensamos que la prueba que hemos diseñado podría ser útil a la sociedad. Intentamos ayudar en lo que podemos», añade el coordinador del grupo de investigadores.