Fernando Luz (Catarroja, 1948) es el presidente y CEO de Ismax, una empresa que se dedica a la fabricación de bobinas de papel, papel higiénico, servilletas, pañuelos, etcétera. Cuenta con tres centros de producción en la zona de Igualada y su entorno pero mantiene la sede social en el polígono de Marratxí.
Usted fabrica papel en Igualada, una zona donde se identificó un foco de coronavirus y que permanece aislada y confinada desde el pasado jueves.
—El 2011 compramos una unidad productiva en Catalunya que incluye una planta en la Pobla de Claramunt y otra en Igualada. En la planta de la Torre de Claramunt reciclamos el papel usado, que luego transformamos en bobinas de 3.000 kilos de papel nuevo, y en la de Igualada hacemos el converting, es decir, lo empaquetamos para su venta. Más recientemente adquirimos otra planta en Sant Joan de Mediona, igualmente cerca de Igualada.
Ustedes trabajan en una zona que las autoridades sanitarias aislaron y confinaron. Les habrá desbaratado la producción.
—La planta que está en una zona confinada es la de Igualada. La de la Torre de Claramunt esta fuera de la zona de confinamiento. En esta última planta, donde fabricamos las bobinas, habitualmente trabajan unas 50 personas. Para poder fabricar se necesita a un mínimo de 30, pero actualmente solo disponemos de once trabajadores más uno que hemos incorporado de otra planta. Es un problema. Los trabajadores hacen un gran esfuerzo, hacen turnos de doce horas al día: doce horas trabajando y doce descansando. Pero este ritmo no se puede aguantar.
El problema es que los empleados que viven en la zona aislada y confinada no pueden acceder a la planta situada en la zona no aislada.
—Así es. Ahora, los empresarios de la comarca hemos pedido a la Generalitat que el personal que reside en Igualada pueda desplazarse a la fábrica de la Torre de Claramunt, tomando las medidas sanitarias que se requieran, y para que los que viven fuera de la zona de confinamiento puedan acudir a trabajar a la planta de Igualada.
¿Han tenido que parar la producción?
—La paramos dos días, el viernes y el lunes, a raíz del confinamiento. Pero ayer ya sacamos camiones, puesto que vendemos a cadenas que se habían quedado con cero stock. Ahora vamos normalizando las expediciones. Lo que de momento hemos aparcado son las ventas que hacíamos a través de Amazon, dado que los servicios de paquetería no vienen a cargar.
Entiendo que la producción sale adecuadamente.
—Sí, va saliendo, pero hace falta aumentarla. A ver, la fabricación de papel no se ha parado, sigue al máximo, entre otras razones porque parar la maquinaria habría supuesto un gasto extraordinario de miles de euros. El problema es que en la planta de Igualada solo se produce un tercio de lo que es habitual. Y esta situación solo podemos resolverlo con más personal.
¿Tienen a clientes mayoristas esperando a que les sirva?
—No muchos, creo que entre esta semana y la próxima normalizaremos el suministro, si no cambian las cosas. En cambio, hemos parado las relaciones con Costa Rica, Méjico... Piense que nuestros clientes mayoristas que se dedican a la hostelería y la restauración lo pasan muy mal: tienen cerrado, no sirven nada.
El acopio exagerado de papel higiénico ha sido una de las imágenes de la crisis.
—Es absurdo, porque papel higiénico en España y en Europa sobra. Es cierto que ahora se ha parado o ralentizado la fabricación en Italia, pero por motivos de logística.
¿Usted cómo interpreta esta fiebre?
—Será que se ha acabado en la estantería y, como es un producto con mucho volumen, se tiene que repostar continuamente. Y cuando la gente ve que no queda pues se alarma y coge más del que realmente necesita.