«Al entrar al barco te tienes que lavar las manos, te miden la temperatura y hay información por todos lados. Tienes controles ‘a la carta'», bromeó Lola Serra, residente de Marsella que viaja en el crucero Costa Smeralda con dos acompañantes. Como ellos, alrededor de 3.000 personas salieron «con tranquilidad» del buque insignia para visitar Palma durante unas horas sin miedo al coronavirus.
«En el barco se vive mucha tranquilidad, nadie está preocupado», confesó Javier, que viajaba junto a su familia, procedente de Guadalajara.
Trayecto
El Costa Smeralda llegó este martes a las siete y media de la mañana desde el puerto de Barcelona. El crucero hace embarcaciones parciales. El recorrido continúa hacia Roma, La Spezia, Savona, Marsella y de nuevo Barcelona y Palma.
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Algunos pasajeros aseguraron que el barco «no llegará a la costa italiana por precaución, pero tampoco nos quieren decir la verdad», dijo la viajera Lola Serra. Otros, sin embargo, desconocían esa información: «No nos han dicho nada, aunque tampoco hay temor en el barco», añadió Angélique, de Lyon (Francia), quien aseguró que la compañía está muy pendiente de todos.
El Costa Smeralda llevaba a bordo ciudadanos italianos, franceses y españoles, sobre todo. Las mascarillas en los rostros de los cruceristas apenas se veías. Entre las diez y media y las once de la mañana, dos viajeros aparecían con una. Uno de ellos es Gilen, francesa que reside en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), que llevaba su mascarilla en el bolso. Iba acompañada de una amiga, que no quiso hablar, la cual sí hizo uso de esta protección: «Estamos muy asustadas y por ello llevamos la mascarilla, por si acaso», confesó Gilen, y opinó que el Smeralda «no debería viajar hasta Italia, y es algo que la compañía tiene que avisarnos cuanto antes, porque el jueves llegamos a Roma». Una familia italiana, que no quiso dar ningún nombre, estaban subiendo a un autocar para ir al centro de Palma.
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Provienen de Roma y temen que no puedan bajar en su ciudad «porque está todo muy controlado y vigilado. Nadie sale ni entra de Italia tan fácil debido a las infecciones del coronavirus», apuntó, consciente de que quizá tendrían que permanecer más tiempo en este buque.
Protección
El Costa Smeralda se ha «curado en salud». Algunos cruceristas han aplaudido que haya tantas medidas de protección ante el COVID-19. «Los restaurantes tienen una especia de cristalera para proteger la comida, y en cada área común y ascensores hay geles sin aclarar para lavarse las manos. Cuando sales del barco, te controlan la temperatura. También nos han hecho rellenar una especie de informe», comentaron los Martínez, una familia multitudinaria de Lanzarote que embarcaron anteayer desde Barcelona. Se encontraban relajados ante la alarma social por el coronavirus, algo que no les pasaba a otro grupo de italianos, de Nápoles, quienes aseguraron sentirse «en pánico» por el virus pero que «por suerte nadie de mi familia está contagiado».
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El viajero José M. Sendra, de Reus (Tarragona), mostró «calma» y reconoció que hay mucha exageración. «Aquí nadie va con mascarillas, pero sí que seguimos unas normas por precaución, como lavarse mucho las manos. Pero vaya, que estoy tranquilo. Si lo tengo que pillar, lo pillaré».