Las poblaciones de tiburones y rayas se han estabilizado en la costa balear en las últimas dos décadas por la disminución de la pesca de arrastre a profundidades entre 40 y 800 metros y la capacidad de resiliencia de estas especies.
Es la conclusión de un estudio liderado por investigadores del Centro Oceanográfico de Baleares (IEO) y la Universitat de les Illes Balears (UIB) en el que se analiza la evolución de las poblaciones de peces condrictios (tiburones y rayas) entre 1994 y 2015 en el Mediterráneo, punto clave de riesgo de extinción para estos peces.
El estudio señala que los tiburones y rayas, por su crecimiento lento, reproducción tardía y baja tasa reproductiva, son especies vulnerables a la explotación pesquera, una actividad que se ha ejercido «de manera intensa» desde mediados del siglo pasado en esta región.
Para realizar este estudio, los investigadores del IEO y la UIB han utilizado los datos recogidos de 3.158 estaciones en los últimos 20 años en profundidades del litoral peninsular y de la costa alrededor de Malloca y Menorca.
Los resultados de la investigación muestran estabilidad de las poblaciones de tiburones y rayas en el Mediterráneo occidental por lo que respecta al número de especies, su abundancia y la biomasa, e incluso se observa un aumento de presencia de algunas especies, como algunas rayas, la pintarroja y la bocanegra, ha destacado la UIB.
En cambio, se ha detectado una disminución de la presencia de algunas especies de aguas profundas del Mediterráneo occidental, como el tiburón Etmopterus spinax o la raya Dipturus oxyrinchus.
El estudio resalta que esta «relativa estabilidad», e incluso recuperación de algunos de estos peces en el litoral mallorquín y menorquín, se debe a los cambios en el sector pesquero, consecuencia de la reducción del número de unidades de la flota y su desplazamiento hacia aguas profundas.
Además, las campañas de investigación puestas en marcha a mediados del siglo pasado muestran «una diversidad y abundancia de condrictios mucho mayor que en las décadas recientes e, incluso, la presencia de especies que hoy en día son muy raras o han desaparecido» de estas áreas explotadas por la pesca de arrastre.
Esta investigación para mejorar el conocimiento de este grupo de especies en el Mediterráneo occidental se ha llevado a cabo en el marco del proyecto Dembagol, financiado por la Comisión Europea y el IEO, así como por el Ministerio de Ciencias e Innovación y los fondos FEDER.