El consejo de administración de la Autoritat Portuària de Balears (APB), que preside Joan Gual, aprobó ayer la petición del Govern de regular la llegada de cruceros en el puerto de Palma. Para ello, a partir de enero de 2022 cada crucero que quiera hacer escala en el puerto deberá tener la confirmación de la APB.
El ente portuario concede hasta ahora de forma automática el permiso de la escala a las navieras. «No se aceptarán escalas a partir del 1 de enero de 2022 hasta que el crucero tenga confirmada la llegada de acuerdo con los parámetros que negocien el Govern y la patronal Cruise Lines International Association (CLIA) en España. Si cumplen los criterios que se acuerden, la escala se podrá realizar sin ningún problema», apuntaron ayer fuentes de la APB tras finalizar el consejo de administración.
A partir de ahora y hasta finales de 2021, Govern y CLIA negociarán y fijarán de mutuo acuerdo los criterios que determinarán la llegada de cruceros en Palma, tanto en su número como en la capacidad.
La Plataforma contra los Megacruceros apoyó la petición del Govern de aplicar una moratoria de licencias de atraque de cruceros a partir del 1 de enero de 2022 en el puerto de Palma.
La regidora de Model de Ciutat, Neus Truyol, afirmó que «hay que limitar la llegada de cruceros con parámetros de sostenibibilidad humana y ambiental, para así evitar la presión que generan los cruceros en sus escalas a Palma. Es un objetivo que se puede conseguir».
Més se atribuye la moratoria y apunta a Son Sant Joan
El coordinador de Més, Antoni Noguera, atribuyó ayer a su formación la petición de moratoria de escalas de cruceros en el puerto de Palma y señaló hacia Son Sant Joan como nuevo objetivo de la formación para poner límites a la llegada de aviones.
Noguera y el diputado Josep Ferrà insistieron en que Més trabajará para impedir la ampliación del aeropuerto porque aseguraron que Balears necesita en estos momentos apostar por el «decrecimiento» turístico.