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La economía de Baleares entra en la senda de la desaceleración, según CAEB

Carmen Planas, presidenta de CAEB. | CAEB

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La economía de Baleares se estima que registró un crecimiento del 1,7 % el tercer trimestre de este año en relación al mismo periodo de 2018, lo que de confirmarse ese dato supondrá que ha entrado en desaceleración después de crecer por encima del 2 % durante los últimos cinco años, ha indicado este viernes el estudio de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB).

El informe de Evolución Económica correspondiente al tercer trimestre de 2019, apunta que la pérdida de dinamismo de la actividad económica se explica, en gran medida, por la contribución más moderada de la demanda interna, particularmente el consumo y la inversión, pues la demanda externa se ha visto beneficiada por la exportación de bienes y servicios turísticos.

Este también señala que todos los sectores económicos han aminorado su ritmo de crecimiento durante el tercer trimestre, y que la pérdida de aceleración de la actividad se ha hecho especialmente palpable en la construcción, ámbito que, en todo caso, ha mantenido el mayor ritmo de avance del tejido productivo regional.

Desde el lado de la demanda, el informe indica que la moderación del crecimiento responde, en buena medida, al menor empuje del consumo privado, que en el tercer trimestre avanzó a un ritmo estimado del 1,6% interanual, dos décimas menos que en el segundo que fue del 1,8 %.

Según la conclusiones del citado informe, este comportamiento se asocia, en parte, al progresivo enfriamiento del proceso de creación de empleo y de las expectativas de mejora sostenibles de los salarios a medio plazo.

Y es que el incremento medio de la afiliación de trabajadores durante el tercer trimestre (2,1%) fue uno de los más moderados de los últimos cinco años.

De cara a los próximos trimestres, el informe apunta hacia que se espera una intensificación de la pauta de ralentización del consumo, toda vez que los precios al consumo recuperarán progresivamente la trayectoria al alza tras el mínimo incremento anotado en el tercer trimestre (0,1%), pues la inflación subyacente –que marca la tendencia de la inflación general más allá del corto plazo– ha progresado durante este trimestre a un ritmo (0,8%) mayor que en el segundo (0,5%).

También la inversión ha moderado el ritmo de crecimiento hasta situarse en el 2,4 %, cinco décimas por debajo del avance del segundo trimestre (2,9 %). Por otro lado, el índice de confianza empresarial ha registrado el valor más contenido para este periodo del año de los últimos cinco ejercicios (132,8 puntos). En concreto, tanto el saldo correspondiente al balance de situación del tercer trimestre (6,6 puntos) como el saldo de expectativas del cuarto (-14,8 puntos) se han situado en valores inferiores a los observados un año antes (8,8 puntos y -7,6 puntos, respectivamente). Además, por lo que respecta a la demanda de inversión, el presupuesto correspondiente a los proyectos de obra visados entre julio y septiembre ha disminuido en términos interanuales (-5,9%) de manera más acentuada que en el segundo trimestre (-3,9%).

La contribución del sector exterior, por el contrario, se ha visto favorecida por el superávit que ha registrado la balanza comercial de bienes en el tercer trimestre (167 millones de euros), el cual ha permitido compensar el déficit acumulado a lo largo del primer semestre (-88 millones de euros).

«En consecuencia, la balanza comercial de bienes podría saldar el ejercicio contribuyendo positivamente al crecimiento por tercer año consecutivo», ha señalado en informe de la patronal.

En lo que se refiere a la exportación de servicios, el balance del tercer trimestre relativo a los flujos turísticos confirma que el volumen de turistas (7,82 millones) se mantuvo en cotas similares, si bien algo inferiores, a las de 2018 (7,91 millones) y 2017 (7,95 millones).

De acuerdo al informe, el ligero descenso de los turistas (-1,2 %) se ha traducido en una también leve disminución de las pernoctaciones, tanto a nivel agregado (55,67 millones frente a 56,28 millones, de 2018) como específicamente en el segmento hotelero (30,37 millones frente a 30,71 millones, de 2018).

Desde el punto de vista de la oferta, el informe destaca que la pérdida de ritmo ha sido compartida por todos los sectores.

En concreto, el sector servicios avanzó durante el tercer trimestre a una tasa media del 1,7 % interanual, dos décimas menos que en el segundo (2 %). Ello se debe, principalmente, a la desaceleración de la actividad en las ramas orientadas a la provisión de servicios turísticos, tal y como pone de manifiesto la evolución del indicador sintético de la actividad turística balear (1,2 % frente a 1,4 %, del segundo trimestre).

Además, el avance de la actividad se ha moderado tanto en la industria, ámbito en el que marcador de crecimiento ha cedido dos décimas hasta el 0,6% (frente al 0,8%, del segundo trimestre), como en la construcción, cuyo ritmo de avance se ha rebajado seis décimas hasta situarse en el 3,1 % (frente al 3,7 %, del segundo trimestre).

Por lo que respecta a la industria, este comportamiento se observa con claridad en el índice de producción industrial, que ha descendió por cuarto trimestre consecutivo y hasta el 9 %.

Por su parte, en la construcción, esta circunstancia se hace especialmente palpable en la evolución del empleo, pues el crecimiento del número de trabajadores afiliados al sector cayó de nuevo el tercer trimestre (4,5 % frente al 5,2 %, del segundo trimestre) hasta situarse por debajo del promedio del último ejercicio (7,1 %, en 2018).

En cuanto a Menorca, el informe señala que es el único territorio insular que ha conseguido mantener el ritmo de avance en el tercer trimestre. La economía menorquina creció a un ritmo estimado del 1,1 % interanual, una tasa que iguala la del segundo trimestre, pero que se sigue manteniendo muy por debajo de la media balear del 1,7%. En este contexto, la estabilidad del marcador de crecimiento menorquín es atribuible, en gran medida, al pulso de la actividad en la industria y la construcción, pues estos sectores han registrado un aumento del empleo (1,2 % y 6,7 %, respectivamente) superior al del trimestre anterior (-3,6 % y 6,4 %, respectivamente).

Por el contrario, la economía de Ibiza y Formentera, y según el informe, ha reproducido la pauta del agregado balear, dado que el rimo de crecimiento ha cedido tres décimas hasta situarse en el 1,9% (frente al 2,2 %, del segundo trimestre). «Desde esta perspectiva, Eivissa y Formentera han acusado especialmente la moderación de los flujos de visitantes debido a su elevada especialización turística, superior incluso a la del resto de territorios insulares», indica la CAEB en su informe.

También el informe rebaja las perspectivas económicas que diversos organismos internacionales han constatado durante la segunda mitad del ejercicio. En concreto, las proyecciones de crecimiento de la economía española se han recortado una décima tanto para el presente año (2,2 %) como para el siguiente (1,8 %). Este hecho, unido al menor avance que se prevé durante el próximo ejercicio en el resto de las principales economías de la zona del euro, como Italia (0,5 %), Alemania (1,2 %) y Francia (1,3 %), apunta a que el crecimiento de Baleares tenderá a corto y medio plazo hacia tasas aún más moderadas, en sintonía con su entorno.

Se destaca en el informe que este escenario estará altamente condicionado por la presencia de importantes riesgos que podrían sesgar a la baja el crecimiento, entre los que destaca la imposición de barreras comerciales a escala global, la salida definitiva del Reino Unido de la Unión Europea, el agotamiento de los efectos de la política monetaria o el proceso de conformación del nuevo ejecutivo a nivel nacional.

«Por todo ello, la previsión de crecimiento para 2019 que CAEB adelantó a finales del año pasado situándola en torno al 2 %, y a la espera de conocer los datos del último trimestre del año, muestra ya claros indicios de concluir el año con un crecimiento inferior al 2 %, tendiendo a tasas más moderadas en 2020, cuya intensidad quedará definida por el grado la afectación de los riesgos antes mencionados», concluye la patronal.

Para paliar esta rebaja las perspectivas de crecimiento, la CAEB resalta la necesidad de desarrollar políticas que tengan un efecto de estímulo a la inversión para minimizar los efectos de la actual fase de desaceleración tanto de la actividad económica como, consecuentemente, de la creación de empleo.

En este sentido, la CAEB destaca la necesidad de gobiernos estables y moderados que impulsen políticas que favorezcan a la economía y que articulen medidas que permitan reforzar la confianza empresarial y estimular la inversión para minimizar los efectos de la actual fase de desaceleración económica y garantizar la contribución del tejido empresarial a la creación de empleo.

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