En la tradicional Misa del Gallo, que se celebra en Nochebuena en la Catedral de Mallorca, el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, ha abogado por hacer realidad los deseos de bondad, sencillez, humildad, ternura, solidaridad y estima que se expresan por Navidad.
«En estos días de fiesta, cuando las felicitaciones, los gestos y las palabras que pronunciamos, muestran una sensibilidad especial por todo lo que es bondad, sencillez, humildad, ternura, solidaridad y estima, la celebración del nacimiento de Jesús nos invita a hacerlo realidad», ha dicho Taltavull, en la homilía facilitada por el Obispado de Mallorca.
Sobre la Navidad, Taltavull ha destacado como «significativo que ya antes de nacer, Jesús y su familia vivan la amarga experiencia del rechazo y la dificultad de encontrar casa, como tantos hombres y mujeres, ancianos, jóvenes y niños hoy lo padecen».
Se ha referido al canto de la Sibil·la, tradición mallorquina de origen medieval que se interpreta en la Misa de Nochebuena: «Nos remite a la importancia del nacimiento de Jesús y desde él nos proyecta hacia el Juicio final».
Ha destacado su mensaje: «Una interpelación a la conciencia sobre la coherencia sobre la fe cristiana y el comportamiento que los cristianos, los seguidores de Jesús, debemos tener». Ha añadido que su «veredicto final del juicio» es «un aviso» a todos por «una vida cristiana más auténtica, destinada a hacer el bien a los demás, con preferencia a los más pobres y excluidos».
«Hoy tenemos que contemplar el Jesús total, en la humildad de su nacimiento, cercado por la pobreza que le da su experiencia de migrante, por el rechazo de no haber sido acogido en ninguna casa, por la incomodidad de nacer en una cueva refugio de animales, a la intemperie de los sin techo y que sólo fue reconocido por los más pobres. Jesús se identifica con estas situaciones extremas, como hoy las viven tantos hombres y mujeres, niños y ancianos», ha expresado, el obispo.