La semana pasada se avanzó un paso más en la reconversión del recinto de Son Dureta de hospital a centro sociosanitario. Un paso más visible, e incluso nostálgico, que convirtió en historia el edificio Materno Infantil que durante décadas ha visto nacer a miles de mallorquines.
La infraestructura de doce pisos y con una altura de 42 metros ya no existe, y la mayor parte de sus escombros han servido para nivelar el terreno con el edificio semicircular que permanece en pie y cuya reforma se incluirá en la siguiente fase de la reconversión.
Uso de robots
El derribo de este edificio comenzó con la actuación de robots teledirigidos por operarios que fueron desmontando pieza a pieza las última cuatro plantas. Posteriormente empezó el trabajo de una excavadora con grandes brazos que en poco tiempo han ido derrumbando el edificio. Mientras ha durado el proceso, una lona de 31 metros de extensión ha protegido el vecindario de posibles caídas de ruinas.
El último paso es demoler el edificio verde de consultas externas, una tarea más compleja debido a que contiene amianto, motivo por el que los operarios deberán llevar protección especial y máscaras. El plazo para la demolición final de la estructura es dentro de un mes.