Antoni Noguera será el coordinador de Més per Mallorca durante los dos próximos años. La candidatura del exalcalde de Palma, que era la única que se presentaba, recibió el apoyo del 87 por ciento de los 262 militantes –Més tiene unos 2.500 afiliados– que participaron en la votación. El 13 por ciento restante votó en blanco: no marcó la cruz correspondiente.
En la asamblea de este viernes se elegían los cargos de cuatro órganos de Més: la permanente –que incluye al coordinador, los secretarios de finanzas, organización y agrupaciones y a otros tres vocales–, la ejecutiva –formada por la permanente, 8 miembros natos y 17 vocales que se eligieron este viernes–, el Consell Polític –un órgano asesor– y la Comissió de Garanties.
Cabe interpretar los resultados en el sentido de que Noguera recibió un amplio apoyo que incluye a las principales corrientes de la coalición. No cabía la posibilidad de votar en contra. El 13 por ciento de votos en blanco son militantes a los que no satisfacía la propuesta de Noguera o que «se olvidaron de marcar la cruz».
El congreso ha supuesto una importante renovación de la dirección de Més. Solo Carles Gonyalons, Ruth Mateu y Maria Ramon formaban parte de la anterior ejecutiva.
Próximamente se sabrá si otras personas –Guillem Balboa o Bel Busquets, que son consellers insulars– repiten en calidad de miembros natos.
En su primer discurso ya como coordinador, el exalcalde de Palma abogó por «la cohesión, la unidad, el sentimiento de pertinencia y la autoestima». Dijo que trabajará para que estos conceptos «sean inherentes» al partido. En este sentido, y en referencia a la crisis que Més vivió a raíz de la negociación de los Acords de Bellver y el nombramiento de los cargos del Govern, señaló que «las decisiones políticas y legítimas se toman en los órganos del partido, no en reuniones en pueblos». Añadió que no quiere un partido «que haga filtraciones a la prensa que le perjudiquen» y avisó que, si vuelve a suceder, «la Comissió de Garanties tendrá que actuar».
También dijo que su papel será «liderar la organización» y «coser mucho», en alusión a las heridas que dejó la última crisis, y apostó por «desinflar» la tensión que existe con el PSIB en el Govern «con más diálogo».