Baleares tiene un total de 55 masas de agua en superficie en buen estado, 14 menos que las que contabilizaba en la última revisión del Plan Hidrológico -es decir, respecto a los datos de 2006 a 2008-, un empeoramiento que la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio atribuye principalmente a la presión humana, entre otros factores.
Así lo han explicado este lunes el conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir, y la directora general de Recursos Hídricos, Joana Garau, en una rueda de prensa en la que han informado del inicio de la revisión ordinaria del Plan Hidrológico autonómico para el periodo 2021-2027.
En concreto, desde este martes saldrán a exposición pública, durante seis meses, los documentos iniciales del nuevo Plan, lo que incluye el programa de calendario, estudio general de la demarcación y fórmulas de consulta.
Los datos revisados para el nuevo Plan han permitido detectar un empeoramiento del estado ecológico de las masas de aguas superficiales -si bien desde la Conselleria han puntualizado que en algunos casos la variación se puede deber a un cambio de metodología. Las consideradas en buen estado han pasado de 69 a 55 (en el periodo 2015-2017 respecto a los anteriores datos de 2006-2008) y representan el 32,1 por ciento. En categorías en peor estado se contabilizan 44 masas. Con todo, hay 72 masas que no han podido ser evaluadas.
Por otra parte, se ha detectado una ligera mejora en las masas de agua subterránea, con 41 en buen estado, mientras que en la etapa anterior (datos de 2006 a 2008) había 37.
La principal causa del empeoramiento del estado ecológico de las masas de agua es, según la Conselleria, el aumento de la presión humana. En general, las masas en mal estado están relacionadas con sobreexplotación.
En particular, se han detectado presiones significativas causadas por cuestiones como la salinización, la depuración de aguas, el transporte o la agricultura, cuyo principal impacto sobre el agua es la presencia de nutrientes -como nitratos y sales- en el agua. En las aguas subterráneas, el impacto más importante es la intrusión marina.
Los datos actualizados constatan que el agua servida se ha incrementado un 6,5 por ciento. En cambio, el uso de agua subterránea ha disminuido un 9 por ciento, y el uso de agua desalinizada se ha incrementado un 35 por ciento.
En cuanto al apartado económico, desde la última revisión del Plan Hidrológico hay una pequeña mejora del 4 por ciento en la recuperación de costes, debido a que se amplía el tiempo de vida útil de las infraestructuras hidráulicas y por el aumento del uso de agua desalinizada.
Como ha explicado Garau, en el proceso de revisión del Plan se prevén procesos de participación pública que incluyen la convocatoria de las Juntas insulares de aguas y el Consejo Balear del agua, así como talleres y jornadas.
El Plan Hidrológico de Baleares debe revisarse cada seis años. Actualmente está en vigor el Plan de 2015-2021, que se revisó de forma anticipada la pasada legislatura para evitar una sanción de las autoridades europeas, como ha recordado el conseller, Miquel Mir.
Durante la rueda de prensa, Mir ha abogado por «repensar» determinados planeamientos urbanísticos para poder abordar el «problema de disponibilidad» del agua. El conseller ha explicado que la «presión sostenida en el tiempo ha generado problemas de contaminación y pérdida de calidad de masas» vinculada a la «extracción masiva» de este recurso.
También ha apuntado que los vertidos de aguas en ciudades como Palma o Ibiza «en buena parte» responden a un problema de carga cuando se suman aguas pluviales a las residuales. En este contexto, el conseller ha insistido en la necesidad de «revertir dinámicas acumuladas desde hace muchos años» e impulsar «un trabajo sinérgico» entre diferentes administraciones.
La documentación inicial del Plan Hidrológico se publicará en la web de la Dirección General de Recursos Hídricos y en el Portal del Agua de la Comunidad Autónoma.