Más de mil personas desafiaron en la noche de este lunes la lluvia y se concentraron en la plaza de Cort y en distintos municipios de la Part Forana para expresar su rechazo a la sentencia del Tribunal Supremo que condena a los políticos catalanes que dirigieron el ‘procés'. La protesta, que finalizó pasadas las 21.30 horas, transcurrió sin que se registraran incidentes relevantes.
La concentración, auspiciada por la Obra Cultural Balear, la Assemblea Sobiranista, Més per Mallorca, Crida per Palma y otras entidades, empezó a las 20 horas. La plaza de Cort (solo la parte que queda por detrás de la calle que la atraviesa, dado que la policía no permitía acercarse al ayuntamiento) se quedó pequeña para albergar a todos los manifestantes, parte de los cuales tuvieron que seguir la concentración desde las callejuelas adyacentes. Se había consensuado un manifiesto que criticaba la sentencia y denunciaba la «represión» contra los independentistas, pero no se leyó públicamente.
«No es justicia, es una farsa», «Libertad, presos políticos», «Esto con Franco no pasaba» o «Fuera las fuerzas de ocupación» son algunos de los lemas que corearon los concentrados. Solo había dirigentes políticos de Més, Esquerra y la Crida, pero no de Podemos –y, por supuesto, tampoco de otros partidos. También estaba Josep de Luis, presidente de la OCB, o Paula Rotger, la trabajadora del aeropuerto que denunció una discriminación lingüística en el aeropuerto.
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El senador autonómico Vicenç Vidal, que exhibía un lazo amarillo, dijo que sabía que el régimen del 78 era «imperfecto» pero lamentó que «haya llegado a este extremo». «No imaginaba que la gente de mi generación tuviera que ver presos políticos. Con esa sentencia no solo pierden los catalanes sino todos los demócratas», criticó.
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Unionistas
Una decena de unionistas asistieron también a Cort. Se ubicaron en la calle de la Cadena, que es la que desemboca en Santa Eulàlia. Exhibieron banderas mallorquinas y rojigualdas e intercambiaron algún insulto con los soberanistas, pero el cordón policial impidió que unos y otros llegaran a encontrarse.
El dispositivo de seguridad estaba formado por una treintena de agentes de la Policía Nacional que apenas tuvo que intervenir. Inicialmente no permitió que el activista soberanista y periodista Tomeu Martí entrara en la zona restringida a los cuerpos policiales y los medios, pero luego sí le dejaron. Ramon Morey, el delegado del Gobierno en Balears, siguió la protesta desde un rincón de Cort. Varias entidades han convocado una manifestación para el sábado. Saldrá a las 19 horas de la plaza del Mercat, se dirigirá a la Delegación del Gobierno y finalizará ante el Consolat de Mar.
Concentraciones en la Part Forana
Centenares de personas se concentraron en once municipios de la Part Forana. Proclamas a favor de la libertad de los presos políticos o de la amnistía fueron las notas dominantes de unas movilizaciones convocadas por la mañana justo después de conocerse la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes del ‘procés'. Ciudadanos de Inca, Manacor, Llubí, Felanitx, Pollença, Alcúdia, Esporles, Artà, Santa Maria, Porreres y Bunyola se unieron así al llamado Tsunami Democràtic.
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En Manacor, el Donsistorio estaba reunido en pleno y poco antes de las 20 horas el alcalde de la ciudad, Miquel Oliver, pidió hacer un receso de 30 minutos para poder asistir a la concentración en la plaza de sa Bassa. Los regidores de Més y Aipc se sumaron a la protesta que congregó a más de 400 personas. Por contra, los ediles de Podem, PSOE, PP y PI no acudieron. Entre los participantes en la concentración de Manacor se pudo ver al portavoz de Més en el Parlament, Miquel Ensenyat, al cantante y activista Biel Majoral o al director de teatro Rafel Duran.
También muy concurrida fue la concentración en Felanitx que congregó a unas 500 personas. En Inca, por su parte, la cifra de concentrados rondó las 300 personas. En la capital del Raiguer, Tòfol Soler y Caterina Valriu leyeron el manifiesto de apoyo a los líderes catalanes, aunque la concentración se disolvió muy rápido ya que empezó a llover con fuerza. En Artà también se congregaron unas 250 personas, mientras que en Llubí la cifra fue de 300 personas. En Pollença, un gran lazo amarillo presidió la protesta mientras Joan Luis Tomàs y Francisca Aina Cifre leyeron el manifiesto.