Las posturas opuestas entorno al turismo de cruceros en Mallorca cogen fuerza. Los comerciantes salieron ayer en su defensa y atribuyeron a los cruceristas el aumento de sus ventas registrado este mes de agosto en comparación con el mismo período del pasado año.
Según la patronal del pequeño y mediano comercio de Mallorca Pimeco, los establecimientos del centro de Palma han logrado un repunte de su volumen de negocio de entre el 5 y el 7 % este mes respecto a agosto de 2018 «gracias a la llegada de cruceros».
Desde el 1 de agosto hasta este viernes el Port de Palma ha recibido 45 buques, lo que representa un 15,4 % más que un año antes, cuando en los primera quincena de agosto recalaron en la ciudad 39 cruceros. En una sola semana, desde el lunes 12 hasta mañana, la ciudad ha acogido a 20 cruceros, lo que se traduce en cerca de 60.000 visitantes procedentes de estos barcos que hacen escala en Palma unas cuantas horas al día.
Este tipo de turismo de ha incrementado de forma considerable en los últimos años y genera detractores y defensores a partes iguales. Entidades ecologistas y vecinales han alzado su voz para que se limite la llegada de estas embarcaciones tanto por impacto ambiental como social, al considerar que contribuyen a la saturación que sufre el centro de Palma los meses de verano.
Por contra, las asociaciones empresariales defienden su llegada. «Pese a que algunos lo quieren demonizar, no debemos olvidar que el turismo de cruceros es vital para el tejido comercial y empresarial de Palma», manifestó ayer el presidente de Pimeco, Toni Fuster, quien señaló que «genera más de 6.000 puestos de trabajo y se calcula que aporta un Valor Añadido Bruto de 256 millones».
Asimismo, Fuster reconoció que el aumento de ventas no es homogéneo y que no llega a la periferia.