El delegado de los Misioneros de los Sagrados Corazones en Mallorca, Josep Amengual, tomó este martes la palabra en el funeral de Antoni Vallespir, el exprior de Lluc acusado de abusos sexuales a los blauets, para comunicar en nombre del difunto y de su familia que perdonaba a todos los que les habían hecho sufrir, en referencia a los que le habían acusado de abusos sexuales.
La parroquia de La Real se llenó con ocasión del funeral. En el tramo final de la eucaristía, Josep Amengual se dirigió al auditorio y explicó que había visitado varias veces a Vallespir en el hospital. Confesó que una vez, hace unos meses, le dijo: «De lo que se ha dicho, nada de nada. Cuando los niños se añoraban de casa, les daba un beso y les hacía una caricia, pero nada más. Nada de nada». Amengual añadió que quedó «muy impresionado» y que «uno que se muere no juega, no hace espectáculo delante de las personas». A continuación hizo una apelación a la presunción de inocencia y señalo que Vallespir «jamás fue condenado firmemente», que Roma no había ratificado la sentencia del Tribunal Eclesiástico de Mallorca que lo declaró culpable de pederastia y le prohibió ejercer el sacerdocio en público.
Amengual acabó su discurso hablando en nombre de Vallespir y su familia: «En casa nos han enseñado a perdonar, y como cristianos tenemos que decir que perdonamos de todo corazón a todas las personas que nos han hecho sufrir». Dijo que los cuatro hermanos (Vallespir, su hermano y sus dos hermanas) así lo habían decidido. Por último, dijo que los Misioneros de los Sagrados Corazones se unían al dolor de la familia y que «queremos ser reconciliados». La mayoría de asistentes aplaudió, pero no todos.
Única referencia
Estas fueron las únicas palabras del funeral en que se hizo referencia a la acusación de abusos a blauets que pesaba sobre Vallespir. La Justicia también investigó los hechos, pero no llegó a dictar sentencia porque el presunto delito ya habría prescrito.
El superior general de los Misioneros, Emilio Velasco, presidió la eucaristía, que concelebró junto a una decena de presbíteros. Entre los asistentes había trabajadores del santuario de Lluc, personal de la Escolanía y algunos exblauets. La iglesia de Alcúdia acogerá el viernes otro funeral para Vallespir.