Delegación de Gobierno ha autorizado hasta tres manifestaciones a las puertas del Coliseo Balear para la corrida de toros prevista el próximo 9 de agosto en Palma, la primera tras aprobarse la polémica ley de toros a la balear en el Parlament de les Illes Balears.
Los primeros en solicitarla fueron dos grupos protaurinos. Uno de ellos en defensa de la tauromaquia y otro, además, a favor de la presencia de menores en la plaza. «Queríamos ser los primeros y elegir sitio para que alejaran a los antitaurinos de la zona y que no nos insulten, nos tiren cosas o nos escupan», explica Luis Germán Navío, uno de los convocantes. «Ellos fueron los últimos en hacer la solicitud así que queremos que se manifiesten pero lejos de nosotros. Así evitamos los agravios y los acosos. Si estamos cerca al final es incómodo, podríamos aliviar la tensión».
Sin embargo, Delegación de Gobierno es quien decide la ubicación por motivos de seguridad y ya ha autorizado al grupo animalista Información, Concienciación, Acción (ICA) a manifestarse en el mismo sitio al que acuden habitualmente. «Estaremos unos metros más atrás», explica su representante, Aída Cortecero, quien ayer mismo recibió el permiso. «Los taurinos quiere ser los primeros en elegir sitio para estropearlo, si al final nos conocemos todos», se lamenta.
Cortecero comenta que lleva nueve años organizando protestas antitaurinas y asegura que en el sector a favor de las corridas «convocan y luego no van».
En cualquier caso ambos sectores están de acuerdo en que la cita es especialmente relevante y han hecho una llamada a sus afines para acudir a las protestas.
Frente a las críticas de agresividad, la asociación ICA defiende que su actitud es la que se requiere ante «una situación como torturar y sangrar un animal. La sociedad debería tener una reacción más contundente. No es violencia en comparación con lo que se ejerce dentro del la plaza».
Posiciones
Para saber cómo quedará ubicado al final cada grupo habrá que esperar al mismo día 9 de agosto y ver cómo lo disponen las fuerzas de seguridad.
En el sector protaurino ven frustrados los intentos de no encararse con los que están en contra de los toros. «Habiendo solicitado, por casualidad, todas las áreas delante de la plaza, no entendemos que Delegación nos desplace a los dos hacia la zona de las taquillas y le siga dejando su hueco tradicional a los taurinos frente al colegio Pío XII», se lamenta Navío.
En su caso la protesta se centra en la prohibición de la entrada a los menores de 18. «Es una manera de censurar o coartar la libertad individual y la forma en que los padres crean conveniente educar a sus hijos. Se les priva de disfrutar de la cultura», señala.
En el lado opuesto está el sector antitaurino que considera que «la tortura por diversión se llama psicopatía y no lo decimos nosotros sino los profesionales». Aída Cortecero además alerta: «Que se haga la corrida está por ver».