La Conselleria de Turisme ha procedido a dar de baja dos viviendas vacacionales unifamiliares en Son Espanyolet que estaban explotadas por la sociedad Alzina Living.
Esta decisión se suma a la adoptada en abril, cuando se procedió a eliminar como oferta turística otra vivienda unifamiliar. Las tres restantes que quedan operativas han sido objeto de una propuesta de sanción por parte del servicio de Inspección y Estrategia Turística por un total de 75.000 euros al incumplir la normativa vigente.
Las quejas vecinales propiciaron hace meses la intervención de los servicios de Inspección para comprobar si las viviendas vacacionales contaban con todos los permisos y cumplían los requisitos incluidos en la Declaración Responsable de Inicio de la Actividad Turística (DRIAT). Al detectarse que no los cumplían, se emitió un informe desfavorable para dar de baja estas plazas turísticas.
Desde Turisme indican que los continuados incumplimientos de la sociedad Alzina Living propició, pese a los recursos presentados, que se cancelara la inscripción de estas viviendas en el Registro de Empresas, Actividades y Establecimientos Turísticos de Mallorca y de Baleares.
Incumplimientos
Las tres viviendas vacacionales unifamiliares que están operativas han sido objeto de sanciones unitarias de 25.000 euros al detectarse casos de sobreocupación y ofrecer servicios de restauración ilegales.
Estas tres viviendas también están siendo objeto de investigación para proceder, en cuanto los informes jurídicos así lo decidan, a anular la inscripción realizada en su día para explotación turística.
La propiedad, de capital escandinavo, ha tenido que hacer frente a estas resoluciones administrativas por las numerosas quejas vecinales por ruidos y molestias en el complejo compuesto por seis viviendas que sumaban más de 60 plazas.
Su peculiar comercialización, pese a los elevados precios, ha sido la causante de que Turisme actuara en consecuencia. El conflicto ha ido a más desde mediados del paso año, pero se han acentuado este año a partir de finales de marzo con motivo de la Semana Santa y la llegada continuada de inquilinos que superaban el número de plazas turísticas autorizadas.