La socialista Francina Armengol (Inca, 1971) prometerá el próximo lunes su cargo de presidenta del Govern –algo que ya ocurrió hace cuatro años; será la primera vez en la historia que la izquierda repite mandato en Baleares– después de que el Parlament de las Islas la eligiera (o invistiera) con 32 votos a favor, 24 en contra y 3 abstenciones.
Las abstenciones fueron del PI. Era la única duda ante la investidura. La votación, pública y por llamamiento a los diputados y las diputadas del Parlament que tenían que expresar el sentido de su voto en voz alta, fue el colofón de una sesión que, en todo momento, estuvo marcada por la crisis de Més, que tuvo el efecto de un aviso de bomba en vísperas de una gran inauguración, y que ha enmarañado un momento histórico pese a las sonrisas y abrazos posteriores a la elección de Armengol.
Portavoces de todos los grupos, salvo el de Vox que intencionadamente lo evitó y se esforzó en hacerlo notar quedándose sentado y luego marchándose, saludaron a la presidenta con independencia de las discrepancias que exhibieron durante el debate previo.
El desarrollo de la sesión fue más corto del previsto por la decisión de la candidata y presidenta en funciones, de responder a todos los grupos en bloque. Fue una de las novedades de una sesión en la que casi todo fue nuevo y de estreno. Por ejemplo, varios portavoces hablaron por primera vez. Fue el caso de Juan Pedro Yllanes, de Unidas Podemos; de Miquel Ensenyat, por Més per Mallorca; Marc Pérez-Ribas, de Ciudadanos (Cs) y Jorge Campos por Vox. A éste último, Armengol lo ignoró prácticamente en su respuesta y cuando le respondió fue de modo genérico y sin citarle.
La única duda sobre el resultado de la votación estaba en el PI. Jaume Font, su portavoz, había dicho que decidiría entre el no y la abstención, según respondiera Armengol a una cuestión «muy concreta». La propuesta era que Armengol apostara por lo que el líder insularista llamó pacto social y empresarial: contar con el empresariado a la hora de definir los proyectos estratégicos de Baleares. Armengol le dijo que sí. Y añadió que también escucharía a los sindicatos.
La estrategia de Font deja a PP, Cs y Vox como los partidos del ‘no', que suman 24 escaños pero que son insuficientes para cualquier alternativa. Los ‘síes' fueron del PSIB, Podemos, Més per Mallorca, Més per Menorca y Gent per Formentera.
«Les tiendo la mano a que se sumen a alguna cosa», dijo Armengol a los partidos del no; afirmó que sería reivindicativa ante Madrid y añadió que «no estoy a las órdenes de ningún partido, sin siquiera el mío, solo a las órdenes de la ciudadanía de Baleares». Fue el colofón a un día histórico pero agridulce.