Cadenas hoteleras de la Playa de Palma llevan semanas expulsando a grupos de alemanes borrachos de los establecimientos, circunstancia que se agravará a lo largo de este mes por la llegada masiva del denominado turismo de alcohol a esta zona por la proliferación de festivos en Alemania.
Problemas de ruidos, incivismo y destrozos de materiales en los hoteles es lo que obliga a las cadenas a tomar la decisión de echar de los establecimientos a estos grupos, que se componen generalmente de entre cinco y diez personas.
«No nos queda otro remedio que actuar de este modo, para así evitar que el resto de clientes vean alterada su estancia en el hotel. Además, notificamos a la patronal hotelera el listado de los clientes con sus nombres con la finalidad de que no se alojen en ningún hotel próximo a la Platja de Palma», señalaron este viernes representantes de las cadenas afectadas.
Govern, Consell, Abone y la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) mostraron este viernes su indignación por la proliferación del turismo de borrachera en la Platja de Palma y otras zonas de la Isla.
Desde la Conselleria de Turisme puntualizaron: «Es lamentable que los intentos de una parte de los empresarios de la Platja de Palma por reconvertir sus establecimientos no cuente con el apoyo de todos los sectores. Un cambio de turismo solo se puede conseguir con unión. El objetivo es erradicar este tipo de turismo que llega a Mallorca».
El Consell de Mallorca afirmó que «este producto turístico no interesa a nadie y tiene un efecto negativo en cuanto a la imagen exterior de la Isla. Hay que erradicarlo».
La presidenta de la FEHM, Maria Frontera, explicó que «venimos reclamando mayor presencia policial y cumplimiento de las ordenanzas municipales para todas las zonas turísticas, con el objetivo de evitar los comportamientos incívicos».
El presidente de la Asociación Balear de Ocio Nocturno y Entretenimiento (Abone), Jesús Sanchez, pidió, una vez más, «mayor presencia policial y que se actúe con contundencia para evitar que proliferen los comportamientos incívicos en la Platja de Palma. Es una cuestión que venimos reivindicando desde hace años y todavía queda mucho por hacer».