Mateu Isern se va. Fue alcalde de Palma y considera que no es la mejor opción para dirigir al PP de Ciutat en la oposición. Son muchos los populares que han puesto el grito en el cielo y lo han acusado de deslealtad, de clasista, de botifarra...
La realidad es que Isern se presentó para ser alcalde. Ni más ni menos. Personalmente, creo que Isern acierta al marcharse, tanto desde el punto de vista personal como político. El PP no puede permitirse el lujo de contar con un jefe de la oposición en Cort sin ilusión y con la decisión tomada de abandonar la política más pronto que tarde.
Los populares necesitan conformar un grupo en Cort que comience a trabajar para recomponer el partido, recuperar los votos perdidos y ganar las próximas elecciones. Por cierto, no deberían pasar tres años para que el PP de Palma tenga un nuevo cartel electoral. Eso, seguro.