El decrecimiento turístico ya se ha iniciado en Mallorca con la baja definitiva de 5.439 plazas. La vicepresidenta y consellera de Turisme, Bel Busquets, explicó este lunes que desde la entrada en vigor de la Ley de Turismo de 2017 ya se han dado de baja más de 5.000 camas que se habían otorgado a través de excepciones, es decir, que no se habían adquirido de la bolsa de plazas.
Cabe recordar que la ley de 2017 impulsada por el actual Govern prevé que todas las plazas que se otorgaron a través de excepciones, una vez que se den de baja, no se incorporen a la bolsa de plazas disponibles, de modo que estiman el decrecimiento, a largo plazo, en 120.000 plazas.
La mayoría de camas que se han dado de baja proceden del alquiler turístico. Según Busquets se trata de viviendas que en su momento presentaron la correspondiente Declaración Responsable de Inicio de Actividad Turística (DRIAT) y que, una vez que los inspectores las han revisado no cumplen con los correspondientes requisitos. Una de las carencias detectadas es la falta de la cédula de habitabilidad, entre otras.
El director general de Turisme, Antoni Sansó, explicó que a día de hoy en la Isla hay 430.864 camas, una cifra «que solo puede ir a menos». Dentro de esta cifra hay las que aun no se han otorgado, es decir, que se pueden comprar en la bolsa. Quedan disponibles alrededor de 29.000, de las que 13.000 están congeladas por el Plan de Intervenciones en Ámbitos Turísticos del Consell.
Turistas
La vicepresidenta Bel Busquets dejó claro que tener menos plazas disponibles «no conlleva que tengan que venir menos turistas». Según detalló, el objetivo del Govern es que los visitantes lleguen a la Isla a lo largo del año y que no se concentren todos en los meses de verano.