Un 61 por ciento de los residuos que son incinerados en la planta de Son Reus pertenecen a fracciones reciclables y podrían haberse reaprovechado si se hubieran depositado en los contenedores adecuados. Así lo señala un estudio del Consell de Mallorca sobre la composición del rechazo, que es la fracción que abarca los residuos que teóricamente no pueden reutilizarse y que, por lo tanto, son arrojados a la incineradora.
El estudio, realizado a partir de dos muestras de 250 kilos, pone de manifiesto que, de media, el 10% de una bolsa de rechazo es papel y cartón, un 6% celulosa, un 8% materiales textiles, un 8% restos de podas, un 9% envases, un 4% vidrio y un 15% restos orgánicos. Estos materiales, reciclables todos, suman un 61% del contenido de la bolsa. El 39% restante son otros residuos mayoritariamente no reciclables que solo pueden ser incinerados. Estos datos son de 2018.
No obstante, en la incineradora se queman cada vez menos residuos reciclables, un dato que indica que los ciudadanos los separan cada vez más. El estudio señala que en 2010 el 89% del contenido de las bolsas de rechazo eran reaprovechable. A partir de 2015, en que aun se incineraba un 79% de reciclables, la cifra se reduce notablemente: el 74% en 2016, el 65% en 2017 y el ya mencionado 61% de 2018.
El estudio también aporta datos sobre los «impropios» –es el término que designa los residuos separados incorrectamente, aquellos que están en un contenedor que no deberían– de las fracciones reciclables. Así, indica que en el contenedor de papel y cartón hay de media entre un 3 y 5% de impropios, un 7% en los contenedores de materia orgánica, cerca de un 25% en la fracción de envases y solo un 1 o un 2% en el contenedor de vidrio.
La consellera insular de Medi Ambient, Sandra Espeja, destaca que los datos del último año «demuestran una mejora sustancial» en relación a años anteriores y que ciudadanos y empresas «están cada vez más concienciados y comprometidos con el reciclaje». «Pero aun falta más», añadió, y recordó que la normativa europea establece que en 2020 se deben reciclar la mitad de los residuos generados.
Respecto a esta cuestión, Espeja señaló que en 2018 solo el 18% de los residuos gestionados por el Consell se reciclan. Sin embargo –añadió– «estimamos que, teniendo en cuenta otros operadores que igualmente trabajan en la Isla pero independientemente del Consell, cerca el 40% de los desechos generados se reutilizan». El objetivo del 50% establecido por la Unión Europea, pues, no quedaría tan lejos.
Recogidas dispares
Si en Son Reus todavía se incinera un 61% de residuos que se podrían reaprovechar es porque no llegan separados correctamente. ¿Por qué? En principio parecería que es porque ciudadanos y empresas no los separan en casa, pero también debe tenerse en cuenta que en muchos municipios no es posible hacerlo. La recogida de la fracción orgánica, por ejemplo, aun no está completamente implementada en Palma, de manera que los ciudadanos de ciertas barriadas no podrían separar estos residuos de los incinerables aunque quisieran.
El sistema de recogida, que es competencia de los consistorios, es clave para fomentar el reciclaje. Lo demuestran las enormes diferencias que hay entre municipios. Por ejemplo, en Llucmajor solo se recicla el 6,5% de los residuos frente al 74% de Esporles.