Dos accidentes por alcance, sin heridos de consideración, a primera hora de la mañana de este jueves provocó retenciones de 15 kilómetros en varias de las principales vías de entrada y salida a Palma. Uno de ellos se produjo en la autopista del aeropuerto a la altura de la salida 13 y se vieron implicados varios vehículos.
La casualidad quiso que cerca de ese punto hubiese un carril cortado por las obras de mantenimiento que se están llevando a cabo en la vía. Las retenciones empezaron a brotar minutos después de las 8.00 horas, se mantuvieron hasta pasadas las 10 y alcanzaron la vía de cintura. En los dos primeros meses del año el Consell de Mallorca aprovecha para adecentar las carreteras de la Isla. Este jueves, esto, unido a las colisiones, generó un auténtico caos para miles de conductores. Una de las que quedó atrapada en las retenciones fue la titular de Territorio e Infraestructuras del Consell, Mercedes Garrido. En ese instante dio la orden de reabrir la vía que se encontraba cerrada.
Como suele ocurrir en estos casos, el ‘efecto mirón', según apuntan fuentes de la Guardia Civil, provocó más problemas de los que ya había. Es ya habitual en la red viaria que cuando ocurre un accidente, un buen número de conductores aminoren la marcha para comprobar qué ha ocurrido. La DGT publicó hace días un vídeo en el que daba a conocer los peligros que conlleva el no seguir la marcha normal en una carretera por intentar mirar los efectos de una colisión.
Desde la Comandancia de la Guardia Civil recuerdan lo complicado que resulta desalojar los vehículos accidentados para tratar de recuperar lo antes posible la normalidad. Antes de que lleguen las grúas encargadas de retirar los coches afectados tiene que actuar la ambulancia con los heridos. Así, hasta que no son evacuados los heridos, después de estabilizarlos, no se puede limpiar la calzada.
La vía quedó despejada después de las 10.00 horas y la circulación recuperó la normalidad tras más de dos horas en las que miles de conductores quedaron atrapados. Muchos llegaron tarde al trabajo y otros tantos perdieron sus vuelos. No se podía avanzar. No existían vías alternativas. Palma fue un auténtico caos la mañana de San Valentín.