Más de trescientas personas se concentraron este martes en Palma para denunciar el juicio a los líderes políticos y sociales catalanes, que arrancó por la mañana en el Tribunal Supremo por el referéndum del 1-O.
Los manifestantes, que habían anunciado su concentración en la plaza del Mercat, se dispusieron frente a Can Berga, la sede del Tribunal Superior, y colgaron un gran lazo amarillo en el portal. No se llegaron a producir momentos de tensión, pero los asistentes sí se mostraron enojados cuando una decena de agentes de la Policía Nacional llegaron a la plaza, les pidieron que se apartaran de la fachada del edifico público y retiraron el lazo amarillo.
Los organizadores de la concentración –Obra Cultural Balear, el Grup de Suport a Valtònyc, la Assemblea Sobiranista de Mallorca, Jubilats per Mallorca y varios sindicatos y partidos políticos soberanistas– explicaron que la policía les había ordenado que se apartaran pero que seguirían allí dado que habían comunicado la protesta formal y debidamente, y que tenían todos los permisos requeridos.
Los manifestantes corearon multitud de lemas: «No es un delito, autodeterminación», «Presos políticos, libertad». «No es justicia, es una farsa» o «In, In-de, In-de-pen-dèn-ci-a», por ejemplo. También exhibieron pancartas y entonaron canciones conocidas pero con una letra alternativa. Denunciaron la «represión» del Estado y defendían la libertad de los líderes políticos y sociales acusados de rebelión.
Leyeron el manifiesto Pep Planes, de la Assemblea Sobiranista de Mallorca y Jubilats per Mallorca, y Ariadna Suari, del Grup de Suport a Valtònyc. Pronunciaron uno por uno los nombres de los doce acusados y de los demás políticos (incluido Valtònyc) «exiliados» y no escatimaron reproches a la Justicia española.
Entre los asistentes estaban el presidente de la OCB, Josep de Luis; Cristòfol Soler, expresidente de la Assemblea Sobiranista y del Govern; o Maria Antònia Oliver, de Memòria de Mallorca, entre otros.