Las pintadas de la muralla de Palma seguirán ahí aún durante unos cuantos meses más. Por lo menos hasta el verano, pues de momento nadie se encarga de su limpieza.
Hasta la fecha, es Emaya quien se encargaba de esta delicada labor, pero siempre previa instrucción por parte de la Comisión de Patrimonio del Consell o la Comisión de Centro Histórico del Consistorio. En estos momentos, desde la empresa pública se asegura no haber recibido ninguna indicación para que limpie las pintadas de la muralla.
Se tendrá que esperar, entonces, a la aprobación del pliego de condiciones para la contratación de los trabajos de limpieza, restauración, mantenimiento y conservación de la muralla de Palma, desde los jardines de s'Hort del Rei hasta Es Baluard del Príncep, que se espera que esté listo este verano.
Será el área de Infraestructures del Ajuntament la encargada de mantener en buen estado y sin pintadas este importante elemento catalogado a partir de este pliego. Pero, hasta entonces, el concejal Rodrigo Romero deja claro que «no tenemos competencia para actuar en la muralla».
El pliego recogerá la obligación de eliminar la vegetación invasiva, restaurar el marés, reponer piezas, rellenar las juntas, eliminar los grafitis existentes y hacer labores de seguimiento, conservación y mantenimiento.
El estado actual de la muralla no es el ideal, en parte debido a la vegetación que parasita y que, más allá del impacto estético que supone, «es un elemento que contribuye al deterioro de los muros de manera acelerada», según un informe técnico. Esta vegetación actúa como «canalizadora de la humedad, contribuyendo a la acumulación de polvo y suciedad y generando desechos vegetales».
Además, el mismo informe indica que el paso de los años ha ocasionado «la erosión y deterioro de la cantería de marés con la que está fabricada la muralla así como la desaparición de las juntas de mortero de cal, ofreciendo un aspecto de poco mantenimiento y peligro de derrumbe en varias zonas más expuestas a las condiciones atmosféricas».