El catedrático de la UIB Pablo Escribá niega ante la administración autonómica que vendiera un medicamento experimental contra el cáncer: el Minerval. El científico y su representación legal han recurrido contra la decisión de la Conselleria de Salut de incoar un expediente sancionador que podría desembocar en una multa de entre 600.000 y un millón de euros.
El argumento de descargo de Escribá es similar al que ya empleó durante la instrucción penal del ‘caso Minerval'. En primer lugar niega que la sustancia que entregó a pacientes terminales de cáncer que contactaban con él fuera el medicamento en fase de ensayos clínicos. Lo que les dió, según señala, fue el ácido hidroxioleico, el compuesto en el que se basa el Minerval y que sostiene que se comercializa como un «nutraceútico».
Además de negar que lo que suministrara fuera Minerval, Escribá también descarta que obtuviera beneficios y señala que cobraba lo mismo que a él le había costado esa sustancia. Con estos dos argumentos, la defensa del catedrático intenta esquivar la posible sanción por la distribución ilegal de un medicamento.
El procedimiento sancionador iniciado por el Govern se encuentra en una fase inicial. Una vez se resuelva el recurso contra la incoación se tendrán que practicar prueba antes de realizar una propuesta de sanción contra la que Escribá, de nuevo, podrá alegar. El procedimiento administrativo aún tardará meses en cristalizar en una sanción.
El ‘caso Minerval' por vía penal se investigó durante más de un año tras varias denuncias contra Escribá. El juez descartó que se hubiera cometido un delito de estafa porque las personas a las que se suministró el medicamento eran conscientes de que se trataba de un fármaco experimental y que podía no dar resultados. Además, valoraba que se trataba, en su mayoría, de personas con formación científica y, por lo tanto, descartó la existencia de un engaño que sí apreciaba la Fiscalía. En el auto de archivo se derivó el asunto a la vía administrativa por una posible infracción.