El nuevo contrato de mantenimiento de la red de agua en alta de Mallorca (sa Costera, s'Estremera, sa Marineta y las instalaciones de Son Pacs y de la arteria de Ponent y Marratxí) establece que la adjudicataria, Fomento Agrícola Castellonense (FACSA), asumirá la reducción de fugas del sistema hasta un 3 %, cuando las pérdidas actuales oscilan entre el 9 y el 11%.
El contrato tiene una vigencia de 5 años y, si se cumple este objetivo de reducción de fugas, el ahorro de agua sería de 1,3 hectómetros cúbicos al año. Así, al finalizar la vigencia del contrato, el ahorro sería de 7,5 hectómetros cúbicos (7.500 millones de litros), ligeramente superior a la capacidad del embalse del Gorg Blau, en la Serra de Tramuntana, que es de 7,34 hectómetros cúbicos.
La adjudicación total, a cargo de l'Agència Balear de l'Aigua i la Qualitat Ambiental (Abaqua, dependiente de la Conselleria de Medi Ambient), asciende a 10,3 millones de euros, de los que 6,8 se destinarán a inversiones en mejora de las instalaciones y los equipos.
El contrato incluye el servicio de explotación, mantenimiento y conservación de las instalaciones de abastecimiento de agua en alta en Mallorca. Como se recordará, la red de agua en alta está en fase de expansión y conecta, como grandes aportaciones de agua a la Isla, la fuente de sa Costera y los acuíferos de s'Estremera y sa Marineta, de tal forma que todo este caudal llega a Palma, Ponent (Calvià y Andratx), Marratxí y el Raiguer hasta Llubí y Maria de la Salut.
En este sentido, ya se han iniciado las obras para hacer llegar el agua a Petra y, posteriormente, a Manacor. A largo plazo, la conducción general llegaría hasta Felanitx y el Migjorn de Mallorca, creando casi un círculo de abastecimiento hídrico en la Isla.
El contrato a FACSA también prevé que, a finales del presente año, toda esta red en alta esté controlada a distancia, incluyendo la vigilancia y supervisión de consumos.
Precisamente, la última obra adjudicada para la ampliación de la red en alta de Mallorca fue la conducción de agua entre Maria de la Salut y Petra, con una inversión ligeramente superior a los 10 millones de euros, de los que 1,4 proceden del Impost de Turisme Sostenible.