Baleares es la comunidad autónoma que ha registrado la mayor tasa de abortos con 13,94 casos por cada 1.000 mujeres, según lo datos hechos públicos este jueves por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
A nivel nacional, tras cinco años consecutivos de descensos de las interrupciones voluntarias del embarazo (IVE), durante 2017 se realizaron en España 94.123 interrupciones, 992 más que las 93.131 del 2016, lo que supone un ascenso del 1 por ciento.
Por comunidades autónomas, Baleares está seguida de Madrid (13,07), Cataluña (12,89), Asturias (12,73), Canarias (11,29), Murcia (10,99), Andalucía (10,38), País Vasco (9,98), Aragón (9,34), Comunitat Valenciana (8,06), Navarra (7,88), Cantabria (7,55), Castilla-La Mancha (7,48), Galicia (6,51), Castilla y León (6,21), La Rioja (6,09), Extremadura (6,06) y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (4,80).
En el último año se produjeron 10,51 abortos por cada mil mujeres, un dato aún lejano de los 12,47 por cada mil mujeres del 2011, cuando se registraron 118.611 abortos, la cifra más alta en los últimos diez años.
No obstante, desde Sanidad señalan que «el descenso es acentuado, del 16,71%, si se compara con 2010». En julio de ese año entró en vigor la ley del aborto. Un año antes, se había aprobado la dispensación gratuita de la píldora del día después.
Por edades, la mayor tasa se registra en el rango entre los 20 y los 24 años, situada en 17,42 IVE por cada mil mujeres, algo mayor que el año anterior (16,72). Le siguen las mujeres de entre 25-29 años, con una tasa de 15,74, y las de entre 30 y 34 años (12,61).
En el rango de 19 y menos años se ha producido un descenso, de 8,97 del pasado año a 8,84 del actual. Entre 35 y 39 años la tasa es de 8,98 mientras baja a 3,90 en la mayores de 40.
En el caso de las menores de 20 años, existe un ligero descenso, del 0,2%, respecto a 2016. En 2017, se realizaron 9.755 interrupciones, 8,84 por cada 1.000 mujeres de esa franja de edad. También en esta franja de edad, si se comparan los datos con 2010, se observa una variación a la baja considerable, del 30,92% menos.
La propia petición de la mujer es un año más el motivo alegado para la interrupción, con 89,75 por ciento, seguida del grave riesgo para la vida o la salud de la embarazada (6,38%), el riesgo de graves anomalías en el feto (3,61%) y, muy minoritariamente, por anomalías fetales incompatibles con la vida (0,30%).
El grueso de las intervenciones se realizaron en la octava semana o menos de embarazo (70,22%). Uno de cada cuatro (23,83%) se hicieron entre las 9 y las 14 semanas, mientras que el resto se practicaron por encima de las 15 semanas de gestación.
El 62,7 por ciento no había tenido un aborto previo, mientras una de cada cuatro (24,41%) se había sometido a una intervención similar con anterioridad. Un 8,22% había tenido dos experiencias previas y un 2,77%, hasta 3 veces.
El perfil que arrojan los datos es el de una mujer en pareja (28,25%), con hijos (45,82%), con estudios de ESO y/o Bachillerato o equivalentes (65,33%) y Universitarios (14,92%), trabajadora (58%) y de nacionalidad española (66,09%).