La Asociación Empresarial de Transporte Discrecional de Baleares, englobada en la patronal FEBT, mostró este miércoles en el transcurso de su asamblea general su total oposición a la decisión de AENA de cobrar el parking a las empresas VTC (Vehículos de Transporte con Conductor), autocares y furgonetas en el aeropuerto de Son Sant Joan.
El presidente de la FEBT y de la patronal del transporte discrecional, Rafael Roig, enfatizó este miércoles, tras finalizar la asamblea, «el malestar que hay en nuestro sector por todo lo que está aconteciendo en materia de tasas, impuestos e incremento de todos los costes empresariales».
AENA quiere cobrar el parking a las VTCs el próximo año, pero puntualiza que durante los primeros quince minutos será gratuito el estacionamiento, a partir de los cuales se cobrará el aparcamiento como a cualquier otro vehículo.
Asimismo, para los autocares turísticos se está negociando aplicar una medida similar, la cual entraría en vigor el 2020. AENA y la FEBT y el discrecional seguirán negociando a lo largo del próximo año.
Roig apunta que la temporada 2018 ha sido muy dispar para las empresas de transporte discrecional: «Nos encontramos ante una coyuntura muy compleja por el incremento progresivo de los costes empresariales, derivados principalmente por el alza del precio del combustible y tener que afrontar un descenso de los volúmenes de negocio respecto a temporadas turísticas precedentes».
El presidente de la patronal afirma que hay empresas que llevan soportando una situación similar desde hace años y ello «provocará el cierre de empresas, como está a punto de hacerla una del centro de la Isla. Somos un transporte público, aunque turístico, y las empresas de este sector necesitan estar protegidas como el transporte regular».
Otro factor que va a incidir negativamente es la negociación del próximo convenio en el discrecional, ya que la patronal afirma que los sindicatos exigen un incremento salarial del 17 % para el acumulado de los próximos cuatro años. «Las empresas registramos alzas de precios no superiores al 3 %, mientras que los hoteleros han podido subirlos hasta un 30 %.
Los sindicatos tienen que entender esta diferencia y actuar en consecuencia, porque no se puede asumir un incremento tan elevado», señala Roig.
Al mismo tiempo, considera que «el modelo turístico en Mallorca ha cambiado y hay que adaptarse a la evolución del mercado. Es un reto para todos».