El presidente de la Federació d'Associacions de Veïns (FAAVV) de Palma, Joan Forteza, denuncia la «pasividad policial» ante la proliferación de los patinetes y demás vehículos de movilidad personal en Ciutat.
La Federació reconoce su «preocupación» en este sentido y que «cada vez son más las quejas que llegan de las diversas asociaciones de vecinos por las molestias que causan muchos de estos vehículos».
Así, desde la Federació se ha solicitado una reunión con el concejal de Mobilitat del Ajuntament de Palma, Joan Ferrer, para reclamarle una regulación más seria y efectiva que el decreto aprobado por urgencia y que entró en vigor el pasado mes de agosto.
«Se necesita una normativa que deje más claro por qué zonas pueden circular estos vehículos de movilidad personal, pues deben hacerlo por el carril bici pero muchos no lo hacen y tenemos una policía con la que no podemos contar. Por muchas normativas que se aprueben, si no las hacen cumplir no sirve de nada». Forteza insiste: «No entendemos qué están haciendo, tenemos el jefe de Policía Local más caro de toda España y eso no lo nota la ciudad, es una inversión improductiva».
A la Federació, asevera, llegan quejas cada día en este sentido «y eso que no estamos aún en un momento en que la presencia de estos vehículos sea masiva, pero su número crece al mismo tiempo que se incrementa el malestar de los residentes».
El portavoz vecinal reconoce, no obstante, que «si se regulase de forma eficaz y el ciudadano cumpliese las normas los patinetes podrían ser un alivio para la movilidad en Palma».
Improvisación
El decreto de urgencia aprobado por el Consistorio, lamentó Forteza, «es insuficiente, pues básicamente dice que deben compartir los mismos espacios que las bicicletas». Por eso considera que «fue una improvisación por parte del Ajuntament para salir del paso y para que no se diga que no se está haciendo nada y cubrir así las apariencias».
En su opinión, «debería quedar regulado mucho antes del próximo verano, porque si no la situación nos va a sobrepasar y, desde luego, debería regularse antes de que pase algo, como ya ha pasado en Catalunya».