Igual que el Cid Campeador, el lider independentista cubano Antonio Maceo, caído en combate contra las tropas de Weyler el 7 de diciembre de 1896, está a punto de ganar una batalla después de muerto. Ha logrado nada menos que el alcalde de Palma, Antoni Noguera, pierda el miedo a coger un avión y planee plantarse el próximo 7 de diciembre en La Habana para asistir a la inauguración de la exposición de la famosa silla, que se llevó consigo Pedro Sánchez en su visita oficial de hace unos días, colgándose una medalla de enormes proporciones a los ojos de los cubanos.
En principio, la delegación de Cort, institución propietaria de la famosa silla, debía estar presidida por el concejal de Cultura, Llorenç Carrió, porque a Noguera un avión le causaba sudores fríos. Pero el espíritu de Maceo sigue vivo y ha contagiado su mítico arrojo y espíritu de combate al primera vara palmesano. Como se sabe, el general Antonio Maceo se hizo famoso por sus cargas de caballería, machete en mano, contra los Máuser último modelo de los fusileros de Weyler.
Maceo, que estuvo en cien combates, desde el histórico grito de Yara de octubre de 1868 ('Viva Cuba Libre!') , unas semanas después de la abdicación de Isabel II, hasta su derrota final en Punta Brava, casi treinta años después, se ganó a pulso el apodo de 'el titán de bronce'. En plena batalla, cargaba y rugía como un león. Este mulato y masón, nacido en Venezuela y padre de la independencia de Cuba, tuvo 19 hijos reconocidos a lo largo de su vida.No sabía lo que era el miedo. Hoy en día disfrutaría como un mono encima de un cocotero viajando en avión allende los mares. Pero al menos ha transmitido este sentimiento a Noguera, que parece ser que estará dentro de unos días junto a la silla del valiente independentista en el Palacio de los Capitanes Generales de La Habana.
Además, Cort necesitará pronto coraje. Comienza a haber un cierto disgusto porque después de haberse llevado Pedro Sánchez la silla de Maceo y haberse apuntado un tanto ante el presidente de Cuba y su cúpula dirigente, aún no se ha recibido en Cort ninguna respuesta a la petición municipal de que Madrid devuelva la 'cimera' del Rei Martí, que presidió las celebraciones del 31-D hasta 1830 y durante siglos. Por aquel tiempo Fernando VII se encaprichó con la 'cimera' y la espada atribuida a Jaume I y se llevo las piezas a la Real Armería del Palacio Real. Jamás han sido devueltas. Se esperaba un gesto de Sánchez que no llega. Y el tiempo pasa...
Por eso, tal vez a Noguera le haga falta el alma de Maceo para reclamar a Sánchez y a los madriles estas piezas de un valor simbólico y sentimental incalculable para Palma y para Mallorca.