El Patronat de la Fundació Col·legis Diocesans de Mallorca decidió este martes, por unanimidad de sus miembros, cesar a la directora general de la entidad, Pilar Fortuny, sólo cuatro meses después de su nombramiento.
Al parecer, las iniciativas de Fortuny en estos cuatro meses de gestión la llevaron a enfrentamientos con algunos directores de estos once centros diocesanos, especialmente con Antoni Salvà, responsable del grupo de colegios de Sant Josep Obrer, y con Andreu Mir, responsable de los colegios agrupados en torno al Sant Pere.
Según ha podido saber este periódico, los directores de los centros diocesanos no respondieron positivamente a las iniciativas de la directora general de la fundación y se generaron enfrentamientos, por lo que ya hace dos meses, coincidiendo con el inicio de curso, ya se planteó la conveniencia o necesidad de su cese, aunque el nombramiento de Fortuny venía avalado por Miquel Gual, vicario para la Pastoral de Fe y Cultura, donde se incluye de la Delegación Diocesana de Enseñanza, con el beneplácito del obispo, Sebastià Taltavull.
Sin embargo, la apuesta de Taltavull y Gual ha resultado fallida. El propio secretario del patronato, Joan Moll, confirmó este miércoles que la directora general fue cesada «por unanimidad».
Según Moll, «a partir de ahora se definirá un nuevo perfil para el cargo de dirección general, pero, hasta entonces, a través de los directores de los centros, se seguirá trabajando con tranquilidad y nomalidad absolutas. No hay un plazo definido para la elección del nuevo director general».
Resulta llamativa la unanimidad en el cese por dos motivos. Los directores de centros no estaban de acuerdo con la creación de una fundación y por ello se registró un enfrentamiento con Miquel Gual. Ahora, directores y Gual se han unido y han coincidido en la necesidad de que Fortuny cesara en sus funciones.
Por otro lado, el abogado Raimundo Zaforteza forma parte del patronato y tiene una relación de parentesco con Fortuny. Ese vínculo familiar tampoco ha servido para mantener a la hasta ahora directora general de la fundación.
Pilar Fortuny habría sufrido una situación muy difícil en estos últimos meses, hasta el punto de hacerse insostenible, con centros que presentan importantes deudas económicas e iniciativas que no contaban con ningún apoyo ni respaldo por parte de los demás miembros de la fundación.