Licenciada en Sociología por Universidad de Alicante, posgrado en Comunicación y Publicidad por la UB y profesora Asociada en la UIB (Facultad de Economía y Empresa), Soraya Romero ha ocupado diferentes puestos de responsabilidad en compañías de consultoría, así como en empresas multinacionales de gran distribución. A partir de 2012 su carrera profesional se desarrolla en Mallorca y en el sector turístico como responsable del área de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) del Grupo Iberostar, un ámbito que siempre ha estado presente en sus posiciones anteriores y que, dada su formación universitaria, desempeña con gran entusiasmo.
Iberostar desarrolla un plan de sostenibilidad a través de una oficina de RSC. ¿Qué función tiene?
—Es uno de los ejes vertebrales de la compañía, una manera de entender el negocio. Nuestro día a día se basa en la gestión responsable de los impactos que la actividad turística genera sobre clientes, empleados, comunidades en las que operamos, medio ambiente y la sociedad en su conjunto.
¿Tienen un plan estratégico?
—Nuestra hoja de ruta está alineada con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Ponemos el foco en dos aspectos: las personas y el medio ambiente y, en concreto, en la vida submarina a través del movimiento ‘Ola de cambio', donde expresamos el compromiso de la compañía en el cuidado de los mares y océanos.
¿Por qué Iberostar pone el foco en la vida submarina?
—Tenemos un vínculo muy estrecho con el medio marino. Vivimos en Mallorca y nuestros orígenes empresariales están profundamente vinculados a ella. La familia Fluxá ha tenido siempre un vínculo muy especial con el mar, con los océanos, que son esenciales para el planeta y para la supervivencia de los seres humanos y es nuestra responsabilidad cuidarlos. Por ello hemos puesto en marcha el ambicioso movimiento al que hemos denominado ‘Ola de Cambio'.
¿En qué consiste?
—Es un movimiento pionero que gira en torno a tres principales líneas de actuación: la eliminación y sustitución de plásticos de un solo uso, el fomento de la pesca sostenible y la mejora de la salud costera. Ello implica numerosas acciones como promover la investigación especializada en la preservación y programas y actividades para mentalizar a los más jóvenes con esta causa. Buscamos impulsar una consciencia colectiva que sirva como modelo sostenible de crecimiento para las futuras generaciones.
¿Tan amenazados están los mares y océanos?
—Según la Unesco, el 50 % de las reservas de peces en grandes ecosistemas marinos están sobrexplotadas y la FAO anunció recientemente que para 2025 se estima que la demanda mundial de pescado crecerá un 21 %. Esto supone un vertiginoso ritmo de pesca que los océanos no pueden sostener, por lo que el fomento de la pesca sostenible se convierte en una necesidad fundamental para garantizar el futuro de la biodiversidad marina.
Este miércoles, 21 de noviembre, es el Día Mundial de la Pesca. ¿Qué acciones reales lleva a cabo la compañía para fomentar la pesca sostenible?
Trabajamos junto a los equipos de compras y nuestros asesores de cocina para ampliar el número de proveedores certificados. Queremos brindar a nuestros clientes una oferta cada vez más responsable para contribuir a la conservación de las especies marinas. Hemos eliminado de nuestra oferta gastronómica en los hoteles las especies que no acrediten haber sido obtenidas de forma sostenible y hemos comenzado a ofrecer en nuestras cartas pescado sostenible certificado.