El spam telefónico es una auténtica pesadilla para muchos ciudadanos. Algunos se ven alertados por hasta 15 llamadas diarias, como denunciaba esta semana un vecino de Palma, pero otros se ven sobresaltados en la sobremesa cada día o por la noche ... Las llamadas comerciales no siempre piensan en no incordiar al cliente.
Aunque sabemos que hay varias herramientas para tratar de evitarlas, como la Lista Robinson, pero ¿es el ciudadano el que debe defenderse?, ¿debería la administración tomar alguna medida para evitar el acoso?, ¿hay que multar a las empresas?