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Josepha, la camerunesa rescatada por Open Arms, recibe el alta y abandona Mallorca

Imagen de Josepha, durante su ingreso en el hospital de Son Espases. | Reuters

| Barcelona |

Josepha, la mujer camerunesa que rescató Open Arms en julio, en medio del Mediterráneo aferrada a una tabla de la patera hundida en la que viajaba, ha sido dada de alta esta semana de un hospital de Palma y ha sido trasladada a un centro de acogida de Cataluña, donde intentará rehacer su vida.

La mujer, de 40 años, ha tramitado, con la ayuda de la Cruz Roja, una petición de asilo dentro del programa global de protección internacional.

Josepha, que ha permanecido cuatro meses hospitalizada en Son Espases, ha recibido ayuda psicológica diaria por parte de la Cruz Roja, que seguirá ayudándola en su proceso de reintegración social tras superar, en parte, el fuerte shock emocional vivido.

La mujer fue encontrada por el barco de Open Arms tras resistir dos días agarrada a los restos de una embarcación que naufragó en el Mediterráneo, a unas 80 millas de la costa de Libia, en un estado de hipotermia grave y de shock, junto al cadáver de otra mujer y un niño.

Cuando fue rescatada por la tripulación del Open Arms, entre ellos el baloncestista catalán Marc Gasol, que acompañó a la oenegé en aquel viaje, «apenas cerraba los ojos y tenía la mirada perdida», explicaron sus rescatadores.

Durante los cuatro meses en que ha permanecido en el hospital, Josepha, sólo ha hecho una declaración pública, al diario católico italiano 'Avvenire'.

Josepha, que según fuentes de Cruz Roja es muy católica, envió a este medio religioso un audio explicando su mejora y agradeciendo la ayuda recibida.

«Estoy mejor. Doy las gracias a todo el mundo. Hoy doy mis primeros pasos», dijo tras levantarse por primera vez de la cama.

El director de Proactiva Open Arms, Óscar Camps, ha explicado que Josepha, que ahora prefiere mantenerse al margen de los medios, decidió enviar un audio y una carta al diario católico después de recibir un rosario del papa que previamente el pontífice había obsequiado a Camps.

«El papa me dio un rosario y le pregunté si se lo podía regalar a Josepha. Y el pontífice me dijo que por supuesto», ha revelado Camps.

«Josepha es muy creyente y, cuando le di el rosario del Papa, en agradecimiento le envió una carta al pontífice explicándole su experiencia del trágico naufragio», según Camps.

Los voluntarios de la Cruz Roja que han acompañado a Josepha en su hospitalización han comprobado la devoción con que la camerunesa acariciaba y rezaba el rosario cada día.

En la carta que Josepha envió al Papa, le explicaba cómo la Guardia Costera libia la había abandonado y cómo durante las largas horas del naufragio había «rezado a la Virgen del mar y a Jesús» por su vida.

Josepha es ahora testigo protegido en la denuncia que Open Arms ha interpuesto contra el capitán de un mercante y contra la Guardia Costera libia por «omisión de socorro y homicidio imprudente» en un naufragio mortal del que la oenegé catalana responsabiliza también al gobierno de Italia.

La denuncia, que pasó primero por el juzgado número 12 de Palma de Mallorca, donde Open Arms desembarcó a la náufraga, fue derivada a la Audiencia Nacional, que resolverá si compete a España juzgar el caso.

Fuentes de la Cruz Roja han explicado que Josepha tiene movilidad reducida desde el naufragio de la barcaza con la que quería llegar a Europa, junto a 150 personas más.

Ahora piden que se le deje vivir tranquila en el centro catalán al que ha sido asignada para que pueda rehacer su vida poco a poco y donde también podrá recibir más a menudo la visita de los tripulantes de Open Arms que la abrigaron y le dieron el cariño que contribuyó a salvarle la vida.

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