La lluvia deslució este jueves el día de Todos los Santos en los cementerios de Palma, a los que acudieron menos personas que otros años, aunque Cort no precisó cuántas. Por la mañana se cerró el acceso para los vehículos al cementerio por precaución, pero por la tarde se abrió debido a la poca asistencia. Aunque hubo visitas constantes de personas que quisieron llevar flores a sus difuntos, no se produjeron puntas como otros años. Tampoco hubo incidentes a destacar.
Pese al mal tiempo, la corporación municipal no faltó a su cita para rendir homenaje a los funcionarios y a las víctimas de la Guerra Civil. Un año más, el alcalde Antoni Noguera y los regidores de todos los partidos políticos depositaron una corona de flores en la Plaça del Record. «La ciudad es una obra colectiva, pero los protagonistas son los funcionarios», manifestó Noguera.
Posteriormente, la corporación municipal se dirigió en la Plaça de la Llibertat, donde depositaron otra corona de flores. A continuación, los regidores de PP y Ciudadanos (C's) se marcharon; mientras que los del PSOE, Més y Podem se quedaron para asistir al acto convocado por Memòria de Mallorca en homenaje a las víctimas de la Guerra Civil.
Compromiso
La presidenta de Memòria de Mallorca, Maria Antònia Oliver, pidió al regidor de Cultura, Llorenç Carrió, que ratificase en público su compromiso de añadir al Mur de la Memòria a las nuevas víctimas de la Guerra Civil y el franquismo que han encontrado, y que tienen alguna vinculación con Mallorca. La intención es inaugurarlo el próximo 24 de febrero, cuando se conmemora el fusilamieto del alcalde republicano Emili Darder, entre otros. Carrió con un gesto afirmativo, se comprometió en público.
Pese a la lluvia, el acto convocado por Memòria de Mallorca contó con la asistencia de numerosas personas, muchas de ellas políticos. Destacó la presencia de la consellera de Cultura, Fanny Tur, que ha liderado las intervenciones en las fosas que han permitido recuperar los cuerpos de varias víctimas del fascismo, entre ellos algunos palmesanos. «Lo hacemos por justicia y democracia», declaró la consellera, que apuntó que «durante muchos años, muchas familias no podían llevar flores a sus difuntos».
El alcalde de Palma confesó que la recuperación de los cuerpos de estas personas, «a las que se les ha podido hacer un funeral casi de Estado», es una de las mejores experiencias que ha vivido. «Solo por esto ha merecido la pena esta legislatura», concluyó.
Miquel Mascaró, miembro de Memoria de Mallorca, reclamó que se derribe el monumento de sa Feixina «porque es una avergüenza y un agravio a las víctimas». No obstante, precisó que «apoyamos a este gobierno porque si no volverá a estar el PP».
La jornada transcurrió con tranquilidad, pese al mal tiempo. La lluvia tampoco impidió las interpretaciones musicales, para las que se habilitaron carpas.
El mayor Miquel Quetglas explicó que un total de 85 agentes de la Policía Local estaban desplegados en los interiores y exteriores de todos los cementerios de Palma; son unos cinco más que el año pasado, ya que se ha reforzado el dispositivo debido al mal tiempo. Como novedad, agentes de paisano se encargaban de evitar la venta ambulante de flores, que es ilegal. Otro de las novedades fue la presencia de dos agentes de la Unidad de la Policía Montada a las puertas del cementerio de Son Valentí, que recibieron a la corporación municipal.
El gerente de la Funeraria, Jordi Vilà, informó que los operarios de la empresa municipal han tenido que hacer más horas estos días para limpiar, recolocar las flores, etc. La presidenta de la Funeraria, Antonia Martín, añadió que el pasado miércoles se cayó un árbol, por la lluvia y el viento. Vilà destacó que mantendrán el dispositivo el fin de semana, ya que muchas personas esperan a que mejore el tiempo para ir a los cementerios. Además, recordó que ya han iniciado las obras del sector 2 de Son Valentí (parte antigua) para mejorar la accesibilidad.