El Ayuntamiento de Palma pondrá en marcha el próximo 19 de noviembre un proyecto piloto en seis barrios de la ciudad mediante el que se instalarán un total de 35 contenedores de materia orgánica que, para su utilización, requerirán la identificación de los usuarios a través de la tarjeta ciudadana.
En rueda de prensa, la regidora de Ecología, Agricultura y Bienestar Animal y presidenta de Emaya, Neus Truyol, ha asegurado que con esta actuación se pretende trabajar en línea de las exigencias europeas y conseguir «beneficios ambientales y económicos».
Durante la fase piloto de este proyecto, que supone una inversión de 28.000 euros, se distribuirán un total de 35 contenedores en los barrios de Son Rapinya, Son Flor, Los Almendros-Son Pacs, Es Fortí, Son Cotoner y Camp d'en Serralta.
En concreto, ha explicado que tras la implantación de este plan piloto se llevará a cabo un análisis para ver cómo se ha respondido a la iniciativa y el volumen de reciclado alcanzado, entre otros aspectos. Así, se podrá depurar el sistema de cara a su implantación total durante el año 2019 y 2020, tal como está previsto.
Asimismo, los usuarios que participen podrán recibir la visita de asesores para ver cómo están reciclando y que les podrán hacer recomendaciones. Truyol ha asegurado que no se contemplan sanciones.
La implantación de la recogida de materia orgánica se ha realizado con la colaboración del Institut Municipal d'Innovació (IMI).
Por su lado, el regidor de Economía, Hacienda e Innovación, Adrián García, mediante el uso de la tarjeta ciudadana se llevará un registro que «en el futuro» se podrá vincular a la creación de «diferentes tarifas», según el uso que hagan los ciudadanos.
Truyol ha hecho hincapié en que la materia orgánica supone aproximadamente «un 40% de los residuos doméstico» y que implantar este sistema es «una necesidad» llegar al objetivo del 50% de recogida selectiva en el año 2020 que marca la legislación europea.
Respecto a los beneficios ambientales, la regidora ha explicado que al reciclar materia orgánica se podrá obtener 'compost', así como reducir la cantidad de residuos a incinerar o verter. También permite obtener gas metano para la obtención de electricidad o biocombustibles.
Sobre los beneficios económicos, Truyol ha dicho que por cada tonelada de materia orgánica recogida por separado se consigue «un ahorro de 126 euros del coste de incineración». Asimismo, la presidenta de Emaya ha dicho que este mismo lunes ha empezado una campaña de proximidad, a pie de calle, para informar de la iniciativa en todos los barrios donde se implantan los contenedores.