Baleares no ha contado con representación en la selección olímpica de matemáticas española en los últimos cinco años, al igual que sucede en Asturias, Navarra, La Rioja, Extremadura, Murcia y Canarias, según el análisis que ha realizado Smartick de los resultados de los alumnos en las últimas competiciones en ciencias.
Niños con alta capacidad para las matemáticas bien estimulados y atendidos por una familia concienciada con el placer de aprender, profesores que tienen las expectativas más altas para ellos, programas específicos de apoyo y centros con políticas de soporte a la excelencia académica son algunos ingredientes del cóctel de la excelencia científica en España, en especial en matemáticas, según este estudio.
La Olimpiada Matemática Española es la gran competición de ciencias en el Bachillerato, el escaparate educativo en el que se muestra cómo se cuida la excelencia matemática en España y la prueba que da acceso a la Olimpiada Internacional, según informaron fuentes de Trescom en un comunicado.
Las seis mejores notas a nivel estatal forman la selección matemática española, y esta ha sido la aportación por comunidades en los últimos cinco años: Madrid es la que más alumnos ha llevado, con ocho de los 25 que han participado en las últimas cinco ediciones (1 de cada 3); Comunidad Valenciana, Galicia y Cataluña se sitúan justo detrás, con tres; luego, Andalucía y Castilla y León, con dos, y finalmente, Aragón, País Vasco, Cantabria y Castilla-La Mancha, que han enviado a uno cada una. En el caso de Murcia, no ha contado con representación durante el último lustro.
Muchos de estos alumnos proceden de institutos públicos y habían participado en programas de apoyo como el de Talento de Estímulo Matemático (Estalmat) que organiza la Real Academia de Ciencias (RAC), o recibieron clases extra por parte de profesores que las imparten de forma voluntaria.
Además, el estudio refleja que algunos proceden de centros con apoyo específico a la excelencia, como el Aula Europa de Barcelona, de otros que precisan una nota específica de entrada, como el madrileño IES San Mateo, o de institutos que desarrollan el Bachillerato Internacional, como el Carlos III de Toledo y el Ramiro de Maeztu de Madrid.
Los centros que más destacan en este tipo de competiciones son el Aula Escola Europea de Barcelona, que ha conseguido cinco medallas nacionales en las tres modalidades de ciencias (Física, Matemáticas y Física); el San Mateo de Madrid con cuatro, una más que el Ramiro de Maeztu de la misma ciudad; y el IES Guadassuar de Valencia y el Montessori de Alpedrete, ambos con tres. Si bien es cierto que algunas de esas medallas se deben a logros individuales por parte de alumnos con éxitos en varias ediciones (5 de ellos ha repetido participación).
Las universidades británicas, donde ser olímpico es un mérito para entrar, son uno de los focos de atracción de este talento matemático nacional. Concretamente, en los últimos cinco años, cuatro de los alumnos más exitosos han acabado en Oxford y Cambridge.
En España, el Centro de Formación Interdisciplinaria Superior (CFIS) de la Universidad Politécnica de Barcelona es uno de los destinos predilectos, donde tienen que pasar un examen de matemáticas y física para entrar, y estudian, a la vez, un grado de Ingeniería y otro de Ciencias.
Para acceder al resto de las universidades lo que cuenta es la EBau, y puede pasar que estos alumnos brillantes no consigan acceder a la carrera que quieren si no sacan suficiente nota en las demás materias, por lo que las reales sociedades de Matemáticas, Física y Química reivindican el acceso preferente de los medallistas a ciertos grados y el apoyo económico del Gobierno a las pruebas y su preparación.
La escasa representación femenina es una de las grandes cuentas pendientes en la selección española de matemáticas. En las últimas cinco ediciones de la Olimpiada Internacional, sólo una alumna ha conseguido entrar en el combinado español: Berta García, del IES San Juan Bautista, que recibió clases de Joaquín Hernández, reciente Premio a la Mejor Historia Docente de Smartick, y que participó en el programa Estalmat.
Glenn Ellison, profesor del MIT en EEUU, defiende que la casi ausencia de chicas en estas pruebas responde a motivos «puramente ambientales», ya que dependen de sitios donde se hace un esfuerzo extra para animarlas a participar.
Aunque la equidad del sistema es lo fundamental, también es importante el apoyo a la excelencia: PISA lleva años señalando que en España faltan alumnos brillantes. En esta línea, desde Smartick, el método que ayuda a niños de cuatro a 14 años a mejorar en matemáticas de forma personalizada, creen que es un deber apoyar estos eventos, por lo que la compañía ha patrocinado la celebración de la Olimpiada Iberoamericana de Matemáticas que tuvo lugar en Huelva el pasado septiembre.
«Ampliar el espectro educativo entre los niños que pueden hacer más de lo que les exige el currículum escolar es fundamental para atender a la diversidad. En el caso de las olimpiadas, la clave está en profundizar sobre qué están haciendo bien los centros con más éxito y reconocer el trabajo extra que hacen los profesores en estas competiciones», destacan Javier Arroyo y Daniel González de Vega, fundadores de Smartick.