La Plataforma de Veïns de Son Espanyolet ha comenzado a poner denuncias ante la Inspección Turística, dependiente de la Conselleria de Turisme, en relación al alquiler vacacional, un problema que se está agravando en este barrio residencial de Palma, con más de una veintena de casa unifamiliares destinadas a esta actividad. Tolo Seguí, vicepresidente de la plataforma, informa de que también han presentado una quincena de denuncias ante la Policía Local pero, al respecto, critica el «desamparo y la falta de respuesta que han recibido».
Explica que «hemos denunciado los ruidos, escándalos o música hasta las tantas de la mañana porque hay días que es tremendo». Ante Inspección se han denunciado casos de sobre oferta, «cuando el titular ofrece en la red un número de plazas por encima de las que tiene autorizadas», y de sobre ocupación, «cuando de hecho hay más plazas ocupadas de las que se tienen autorizadas».
La plataforma quiere dejar claro que «estamos muy vigilantes». Esta plataforma surgió hace apenas un par de meses al considerar que la actual asociación de vecinos del barrio «nos daba largas con el tema de plantear acciones en relación al alquiler vacacional». El tesorero de esta asociación vecinal, Toni Fernández, reconoce que cada entidad trabaja por su lado y ellos, en concreto, presentaron un recurso con 140 firmas a Cort en el que se pedía que se prohibiera el alquiler vacacional en todo el barrio, por ser una zona residencial y tradicional. «El Consistorio nos respondió que no era el momento adecuado porque cuando se puede hacer algo es cuando se regulen los usos en el Plan General». Por eso ahora, informa, «solicitamos a Cort que se nos tenga en cuenta como parte en el expediente cuando se inicie la modificación del PGOU para estar informados y así poder actuar».
Fernández vive en la calle Alzina, donde la empresa noruega Alzina Living tiene algunas de las siete propiedades con que cuenta en el barrio. Su casa está en medio de dos de ellas y admite que hay noches que es difícil dormir. Este verano, recuerda, «teníamos una noche a un lado a 12 mujeres y al otro lado a 16 varones, todos ellos de fiesta».