«He vivido situaciones de maltrato muy parecidas en mi vida en pareja y en los Servicios de Acogida Municipal (SAM)». Así de contundente se muestra Juana Mendoza, una madre de dos niños que el próximo lunes será expulsada del SAM Familias, quedándose sin un lugar al que ir con sus hijos de 3 y 4 años.
«Los motivos que me dan para la expulsión es que he incumplido las normas del centro. Una de las normas que supuestamente he infringido es haber renunciado a un trabajo, cuando yo sólo comenté la posibilidad de cambiar de empleo a uno mejor, y al final no lo he hecho», explica. «El otro es que tengo ingresos suficientes para seguir mi camino sola, y lo único que tengo son 4.500 euros que corresponden a las pensiones alimenticias atrasadas que me pagó en mayo el padre de mis hijos, después de juicios ya que desde que me separé no quiere hacerse cargo».
El infierno de Juana Mendoza comenzó en 2016, cuando entró al SAM de violencia de género. «Estuve tres meses pero no me sentía a gusto, había una usuaria que se metía con mis hijos, se quejaba porque daba de mamar a mi hija en el comedor... incluso me gritaba y me daba golpes». Por eso, cuando Juana encontró trabajo no lo dudó ni un momento y decidió buscarse un piso de mercado libre, ya que según cuenta «desde el centro no me gestionaron ninguna alternativa habitacional pública».
Cuando empezaba a asentarse, sus hijos enfermaron de varicela, por lo que tuvo que dejar el trabajo para estar en el hospital. Al salir, volvió a Bolivia, su país natal, porque su situación en Mallorca era insostenible. «Intenté rehacer mi vida allí pero los sueldos eran bajos y mis hijos no se adaptaban, así que decidí intentarlo de nuevo». Fue entonces cuando entró en SAM Familias.
La mujer se queja de que «me quieren echar por cosas que no tienen sentido, y no me ofrecen una salida, sólo me pasan anuncios de pisos que valen 1.200 euros, cuando cobro menos. Muchas habitaciones no aceptan niños, y estamos en pleno verano, es complicado».
Para apoyar a Mendoza, Stop Desahucios Mallorca ha convocado una manifestación el sábado y una concentración el lunes, día que supuestamente Juana tiene que dejar el SAM. Además, la vicecónsul de Bolivia también se está moviendo para intentar que las cosas mejoren para esta mujer. «Sólo quiero un poco más de tiempo», afirma.